Varios coches de la Policía Nacional, aparcados en la calle Ámsterdam días después del asesinato. Alex Piña
Crónica negra

La última prueba para inculpar al asesino confeso de Tatiana Coinac

El juez pide cotejar las fibras halladas bajo las uñas de la escort con la ropa que llevaba el cabo Adán el día del asesinato, del que hoy se cumple un año

Alberto Arce

Oviedo

Sábado, 9 de marzo 2024, 01:00

Hoy se cumple un año del asesinato de Tatiana Coinac. Aunque la Policía Nacional halló su cuerpo sin vida tres días después, fue el 9 de marzo de 2023 cuando la escort moldava de 44 años encontró la muerte, presuntamente, a manos del cabo Adán Feito ... , un militar mierense de 35 años apartado del Ejército por abusar sexualmente de una compañera. Ya se conocían. Él había contratado sus servicios sexuales en una ocasión el mes anterior y accedió sin mayor problema al 3ºJ del número 1 de la calle Ámsterdam a eso de las 18 horas. Se marchó de allí a las 18.57 después de amordazarla, violarla salvajemente, asfixiarla durante diez minutos con la llave del 'mataleón' hasta morir, desnudar el cadáver y arrastrarlo hasta la bañera del cuarto de baño, donde la dejó. 57 minutos en los que Tatiana luchó por su vida con todas sus fuerzas. Es por eso que a las numerosas huellas y muestras de ADN encontradas por los agentes en la escena del crimen –jirones de ropa, mechones de pelo de la peluca que llevaba ensangrentados y hasta una huella del calzado que vestía el militar cuando fue detenido dos meses después, a finales de mayo–, se suman las fibras de un material textil que el forense localizó bajo las uñas de la fallecida. Las mismas que el juez del Juzgado de Instrucción número 3 de Oviedo ha solicitado cotejar con la ropa del acusado.

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Se trata, tal y como adelantan a este diario en primicia las fuentes del caso consultadas, de la última orden a la que toca dar cumplimiento en sede judicial antes de que el proceso pase a la siguiente fase, con la que llegará la presentación de los escritos de acusación de la Fiscalía y de la familia, cuya representación ejerce el letrado José Manuel Fernández González, y el cabo pueda, asimismo, articular su defensa. De esto se encargará el abogado Jorge García.

Un crimen, el de la calle Ámsterdam, que las mismas fuentes califican de «truculento donde los haya» y casi sin precedentes cercanos en Oviedo, y que será juzgado por un jurado popular.

Dos policías nacionales trasladan al detenido al juzgado.

Entre los indicios que pesan sobre el acusado, en la cárcel desde mayo del año pasado, sobre todos los demás aparece que fue la última persona en ver con vida a la víctima. Su número de teléfono quedó sin tachar en la libreta donde la moldava apuntaba sus citas del día –era muy organizada y sólo tachaba las que ya habían terminado–. La Policía Nacional investigó a sus últimos clientes, pero todos ellos tenían coartada. El cabo, no.

Permanente revisable

El ADN de Adán Feito también apareció en las fundas de almohada con las que amordazó a la escort y en su peluca –siempre utilizaba una, tenía una colección completa y las adquiría en la peluquería de enfrente–; sus huellas, por todo el piso, y las del mismo calzado que llevaba cuando lo interceptaron los agentes en Pola de Lena. Confesó los hechos en la jefatura, aunque en su primer paso por el juzgado optó por no declarar. Ahora, su defensa mantiene que los hechos de los que se le acusa «no son ciertos» y, de terminar condenado, podría enfrentarse a la prisión permanente revisable.

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