Trubia reclama más atención: «No tenemos ni una ambulancia»

La localidad cañonera por excelencia, Trubia, tiene un lugar prioritario en el mapa de la defensa gracias a la fábrica de armas –inmersa en la producción del Vehículo de Combate sobre Ruedas, 8x8, y en el futuro VAC, el Vehículo de Apoyo a Cadenas, valorados en cerca de 5.000 millones de euros–; y la fábrica de municiones Rheinmettal –que fábricará otra remesa de proyectiles para el extranjeros por 21 millones–. Una intensa actividad fabril que se completa, eso sí, al margen del sector de la defensa, con Industrias Doy –nacida en 1948 para la producción de cock– y Química del Nalón –una compañía carboquímica, familiar y asturiana, que opera desde 1943–.

Entre este pujante entramado empresarial, sin embargo, los vecinos se sienten olvidados. Sería bueno que Trubia acogiera el Centro Tecnológico de Defensa, pero, advierten, «no pueden olvidarse de nosotros que no tenemos ni una ambulancia». Piden soluciones a la falta de infraestructuras adecuadas, los problemas medioambientales y la imposibilidad de desarrollar nuevas viviendas, relataron a este diario.

La declaración de gran parte del territorio como zona inundable impide la construcción de nuevas viviendas, un obstáculo para atraer jóvenes. Además, muchas edificaciones «están en ruinas y es desesperante ver cómo está todo caído», señala Emi Rodríguez, vicepresidenta de la asociación de vecinos de Villarín, una de las localidades de la parroquia.

Como Fifi Quiroga, presidenta de la asociación de Amas de Casa de Trubia, los vecinos no olvidan el desbordamiento de los ríos Nalón y Trubia que, en noviembre de 2029, obligaron al desalojo de varios residentes. «El estado del río es alarmante. Cada vez que llueve fuerte, el agua se desborda porque nadie limpia los troncos ni mantiene el cauce en condiciones. Esto no puede seguir así», advierte Quiroga, muy conocedora de la situación porque lleva 27 años viviendo en Trubia. «Es lamentable cómo están las aceras, la limpieza. No hacen nada», incide.

Iván Álvarez, presidente de la AMPA del colegio de Trubia, agrega que «cuando llueve, el parque parece un estanque de patos».

No es lo único que les preocupa. También la estrechez de la carretera que «pasa por delante de la fábrica de armas» y «la parada de autobús, que es peligrosa ya que al bajarte das directamente con la carretera, si pasa un camión te lleva la cabeza. Pasar por ahí es un peligro constante», abunda Emi Rodríguez. Porque, además, son «cientos los camiones que pasan cada día por la vida y la vía no está preparada para soportar este tránsito. Necesitamos soluciones urgentes», reclama.

Entre sus demandas no olvidan el prometido, por el Ayuntamiento, polideportivo de Trubia, una deuda pendiente que no cubre la cancha habilitada: no cumple con las medidas reglamentarias para la práctica de ningún deporte, abundan.

Mientras aguardan esa ambulancia, insisten en que el centro de salud requiere de más profesionales. «Falta un pediatra y más servicio médico, que sólo pasa consulta unos días a la semana». Es la cara 'b' de una localidad cañonera con contratos milmillonarios.