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Un momento de la recreación del levantamiento de 1808. Mario Rojas
Oviedo

Tres coronas de laurel para recordar el alzamiento de 1808

La Asociación de Recreación Histórico Cultural recrea el levantamiento de los asturianos contra los franceses

Sábado, 27 de mayo 2023, 18:56

Era un revolucionario. Estaba en contra de la suspensión al veto real de las leyes emanadas por las Cortes, pedía crear mecanismos de gobierno basados en la soberanía nacional, se postulaba a favor de la libertad religiosa a pesar de ser un católico practicante y ... promovía que la decisión sobre iniciar una guerra o firmar la paz no recayese sobre el rey, sino sobre las cortes. Estas fueron algunas de las defensas que hizo José María Queipo de Llano, séptimo conde de Toreno y vizconde de Matarrosa cuya figura fue esta mañana glosada por Ramón Rodríguez, director del Ridea, a lo largo de la conmemoración de los hechos ocurridos el 25 de mayo, de 1808, día en que los asturianos se levantaron contra Napoleón.

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En esta ocasión, la Sociedad Económica de Amigos del País de Asturias y la Asociación de Recreación Histórico Cultural de Asturias (ARHCA) volvieron a celebrar una procesión cívica por las calles del casco histórico donde el delegado de Defensa de Asturias, José Luis González; el segundo teniente de alcalde, Mario Arias y el arquitecto Felipe Díaz-Miranda portaron dos coronas de laureles en las que había sendas citan en recuerdo a los «héroes» y «patriotas» de 1808. La tercera se encontrada en la placa de la calle Cimadevilla donde se recuerdan estos hechos históricos y también hubo varias salvas a lo largo del recorrido.

Sin embargo, el momento más especial del día fue en la sala capitular de la Catedral. Es lugar de reunión del Cabildo y en 1808 fue el escenario donde la Junta General del Principado tomó la decisión de iniciar la guerra contra los franceses. Allí, pronunció Rodríguez su discurso donde recordó que la nación española «se inicia a principios del siglo XIX en las Cortes de Cádiz donde el séptimo conde de Toreno tuvo un gran protagonismo». Algo que obligó a exiliarse a Londres tras la llegada al poder de Fernando VII y a su vuelta a España fue nombrado ministro de Hacienda en el gobierno de Francisco Martínez de la Rosa en 1834 al que después sustituyó. «A lo largo de su vida mostró unas ideas democráticas impactantes» y escribió varios libros como 'Historia del levantamiento, guerra y revolución'.

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