Opción A. Por el medio del taller de Cañones de Ildefonso Sánchez del Río pasaría el trazado del Bulevar de Santullano. Es la opción que adelantó en marzo del año pasado la Concejalía de Urbanismo como mejor camino para integrar La Vega en la trama urbana. La propuesta, sin embargo, divide la zona verde que se dibuja dentro del proyecto del Bulevar a los pies de la iglesia.

Las tres alternativas para La Vega incluyen viviendas y requieren la revisión del Plan General

El estudio encargado por el Ayuntamiento prevé soluciones «más amables» para desviar el tráfico del Bulevar sin atravesar el taller de Cañones

GONZALO DÍAZ-RUBÍN

OVIEDO.

Jueves, 28 de enero 2021, 01:05

Un documento con tres posibilidades distintas y dos puntos en común con el que el Ayuntamiento prevé iniciar las negociaciones sobre la fábrica de La Vega con el Ministerio de Defensa. Se trata del documento de avance de 'Valoración de nuevas alternativas y propuestas de ... ordenación para los terrenos de la antigua fábrica de La Vega' y que liga el futuro de la parcela fabril al proyecto del Bulevar de Santullano. Define, así, tres trazados distintos para la entrada a Oviedo desde la 'Y', pero con un nexo común: las tres requerirán una modificación del Plan General por afectar a viales estructurantes de primer nivel.

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Los trazados propuestos invaden suelos de La Vega y coinciden con los esbozados en los últimos meses desde la Concejalía de Urbanismo o la Alcaldía para desviar el tráfico: desde atravesar la nave del taller de Cañones de Ildefonso Sánchez del Río, hasta tan solo bordearla o pasar por el sur de esta, entre las naves.

Opción B. El Bulevar de Santullano respeta la nave del taller de Cañones, pero para su desvío por el interior del recinto de la fábrica de armas sería necesario el derribo, al menos, de la caseta de la galería de tiro y de la chimenea, un elemento singular del recinto. El diseño, al meter la calzada por el borde norte del recinto, no afecta a los espacios libres previstos para proteger la iglesia prerrománica.

Para los redactores del estudio encargado el pasado octubre, los arquitectos Daniel Villanueva y Alfredo Antuña, las dos últimas propuestas son soluciones «más amables» que «desvían el tráfico por el recinto de La Vega sin recurrir a soluciones tan drásticas y costosas» como la de atravesar el taller de Cañones. Pero las tres, al incluir «modificaciones en el entorno exterior a la parcela, en particular de la red viaria», harían «necesaria la revisión del Plan General», para lo que sugieren aprovechar el documento actualmente en fase de redacción.

El documento forma parte de la documentación con la que el alcalde quiere iniciar contactos con Defensa por los terrenos

Lo curioso es que para incluir viviendas en el ámbito, otro elemento en común de las tres alternativas, los arquitectos consideran que no sería necesario. Dibujan el suelo para las nuevas edificaciones residenciales en el espacio más próximo a Ángel Cañedo, es decir el que se libra de los entornos de protección del Camino de Santiago y de Santullano, en las tres opciones.

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La intención del equipo de gobierno, de cara a las negociaciones con Defensa, es que Oviedo obtenga, además de la zona verde (unos 7.000 metros), otros 20.000 metros para usos culturales en la zona más próxima al Bulevar Santullano. El resto se dividiría en aprovechamientos residenciales, con los que se compensaría al ministerio, y un polo empresarial, en cuyo desarrollo pretende el alcalde, Alfredo Canteli, que participen las organizaciones empresariales.

Opción C. El Bulevar de Santullano correría pegado a la nave del taller de Cañones y aproximándose lo más posible al recinto fabril pero sin atravesarlo. Aleja el tráfico menos de la iglesia que las otras opciones, pero no divide la zona verde. En cambio, afecta a la continuidad del itinerario peatonal y ciclable previsto para unir el centro de la ciudad con el HUCA a través de los terrenos de la factoría.

Incongruencias

Volviendo al meollo del estudio, los arquitectos sostienen que existen incongruencias entre las previsiones del Plan General vigente, las determinaciones del Catálogo y la realidad física de la parcela por lo que, apuntan, hay que recurrir a una «interpretación teleológica» de toda la normativa. Con esta lectura sortean en el informe las restricciones vigentes, como la prohibición expresa en el Catálogo de realizar cualquier segregación o la obligación de preservar el «conjunto» a la que alude el Plan General, para sostener que «no cabe duda de que la reordenación o cambio de uso de esta zona a realizar mediante Plan Especial pasará normalmente por la división de la misma».

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No es la única alusión del estudio a la posibilidad de dividir el recinto para su futuro desarrollo. Esa prohibición, insisten, «resulta difícil de aplicar a un ámbito que constituye una única finca, pero difícilmente puede considerarse como una 'parcela'». Recalcan, además, que el futuro plan especial «podrá contener la división del suelo que resulte necesaria para soportar el desarrollo, la modificación, o el cambio de uso que se plantee dentro del ámbito», según recoge el Plan General.

La insistencia no es baladí. El estudio bebe, en lo jurídico, del plan presentado por Agustín Iglesias Caunedo para hacerse con los terrenos en 2012 y donde se preveía conservar 18 de los 40 edificios, además de construir 500 pisos, desviar la autopista hacia el solar para después cubrirla con una losa ligera, ampliar la glorieta de la Cruz Roja y crear un túnel de salida de General Elorza hacia el, aunque entonces no lo era de nombre, Bulevar de Santullano.

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Pero más allá de los problemas para ajustar la propuesta del equipo de gobierno actual a la normativa, los arquitectos no entran en detalle en la futura ordenación. Tan solo para recalcar que, pese a lo que diga el Plan General, en La Vega no solo hay usos industriales, ya que al menos 10.600 metros del terreno están ya ocupados por viviendas: los ocho chalés, hoy ruinosos, que se alinean en el frente a La Tenderina, y que «antiguamente la zona residencial estuvo compuesta por más edificios ya desaparecidos».

Todo ello les permite concluir que «resulta más lógico aplicar esta prohibición (de alteración) a los terrenos vinculados a cada edificio por separado», aunque admiten que existen dos elementos protegidos por el Catálogo: el pabellón almacén-claustro y la capilla de Santa Bárbara, que, según las tres alternativas, quedarían encajados en una zona verde. La que propone el alcalde en la zona más próxima a Adelantado de La Florida y que coincide con los terrenos que Defensa cedía anticipadamente para este uso el pasado mandato en un convenio que PP y Ciudadanos dejaron caducar.

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