«Son dos niños, no delincuentes, y van allí a estudiar o comer»

En ese sentido, sostuvo que lo ocurrido es un «intento de asesinato y se demostrará», porque lo único que hicieron los jóvenes fue «quedar para estudiar». Es por ello que calificó de totalmente falsa» la versión de la Policía Local. La suya es diametralmente opuesta. Así, narró, «ambos se encontraban en el interior del vehículo y llegaron dos señores» pidiéndoles que se identificaran y portando una placa». Añadió que el conductor «no se fió» de que las identificaciones fueran reales y pidió a los agentes que se identificaran, subiendo en ese momento la ventanilla del coche por temor a que fuesen unos ladrones.

La respuesta de los agentes les sorprendió. «El policía se abalanzó sobre el coche para intentar abrir la ventanilla» y el chico emprendió la huida. Al arrancar, «le rozó la pierna con la rueda» y fue cuando, prosiguió el progenitor, el agente «pegó tres tiros» al vehículo. Fueron interceptados ochocientos metros más allá, y los funcionarios «los sacaron a rastras» y detuvieron al conductor, que ha quedado en libertad. Su hija, concluyó, sufrió un ataque de ansiedad.

El joven estudiante de Medicina de 20 años detenido la noche del viernes después de que un Policía Local de paisano disparase tres tiros contra su coche mientras este emprendía la huida tras no haberlo, presuntamente, reconocido, quedó ayer al mediodía en libertad. Acompañado de su abogada, salió del Juzgado de Guardia pasadas las dos de la tarde donde fue recibido por su familia y pareja. Los abrazó con lágrimas en los ojos después de pasar la noche en los calabozos.

Todo ocurrió a las nueve de la noche en La Florida. Dos funcionarios de la sección Judicial que realizaban un control rutinario vestidos de paisano, dieron el alto al vehículo donde viajaba el joven junto a su novia, de 19 años. Estaban en «un descampado», según la versión de la Concejalía de Seguridad Ciudadana, y los funcionarios se identificaron enseñándoles la placa. El conductor, tal y como informan otras fuentes, se temía que fuesen unos ladrones que iban a robarles e inició la marcha.

Sin embargo, fue ahí cuando los agentes terminaron heridos. En la huida, al dar marcha atrás, pasó por encima del pie de uno de ellos; mientras que el otro, cuando emprendió la marcha hacia adelante, tuvo que «saltar contra el capó» para evitar ser atropellado. Fue el primero, desde el suelo, el que sacó la pistola y disparó en tres ocasiones a la «carrocería y las ruedas» para detener el coche. Este, apenas recorrió ochocientos metros cuando le dieron el alto en la calle Luis José de Ávila. Allí, se bajó del vehículo pidiendo perdón y asegurando que no había reconocido a los agentes. Terminó detenido.

Le sometieron a los test de drogas y de alcohol, dando ambos negativo, y fue interrogado en El Rubín. A continuación fue trasladado en coche patrulla hasta los calabozos de la Policía Nacional, donde pasó el resto de la noche. Ya por la mañana fue llevado al Palacio de Justicia para ofrecer su versión de los hechos ante el juez de guardia y la Fiscalía. Finalmente, al mediodía, se decretó su puesta en libertad.

Mientras, el agente arrollado fue sometido a diversas pruebas. Sufrió, advirtieron desde Seguridad Ciudadana, heridas de diversa consideración, si bien no son graves. Ayer, los testigos ofrecieron su versión de los hechos ante la Policía Nacional y se inició por parte del cuerpo una revisión del coche para investigar el impacto de las balas. Se tomó declaración tanto a la pareja del detenido como a los agentes.

Ante esto, la portavoz de Vox, Cristina Coto, pidió conocer al detalle todo lo ocurrido. Argumenta que «es fundamental conocer qué provocó que los agentes se vieran obligados a adoptar una medida tan contundente como para propinar tres disparos a un automóvil con personas dentro. A través de una nota de prensa, informó que pedirá el atestado, «pues suponemos que la actuación de los agentes de paisano debe tener un protocolo propio, de lo contrario es normal que se genere desconcierto en los ciudadanos», concluyó la concejala.

Esta no es la primera vez que ocurre algo similar. Un agente de la Policía Nacional fue condenado tras disparar en dos ocasiones al conductor de un vehículo robado, un joven de 29 años como presunto autor del delito, que resultó herido durante el suceso. Tuvo lugar en el barrio de Ventanielles en 2011.