«Tiene todo tipo de tiendas y mucha vida»

Los pórticos son la principal característica de esta calle que nace en Vázquez de Mella y que al llegar a Mateo Llana se desvía ligeramente a la izquierda, hasta acabar en la vía de tren. Una calle que surgió del antiguo camino que bajaba desde Vallobín a La Florida y al que la supresión del paso a nivel de la Florida, convirtió en la única vía de acceso rodado para esa zona. En 1977, por acuerdo municipal se le puso el nombre de Rafael Gallego Sainz, pero es una de las calles que ha estado sometida a un gran baile de nombres los últimos años.

Destaca por la cantidad de pequeños comercios que se pueden encontrar en ella y la afluencia de personas que la recorren a diario; no en vano, está pegada al paseo de La Florida, uno de los barrios que más ha crecido últimamente.

Es uno de los negocios más longevos de la calle. Hace 25 años que abrió sus puertas en la que, por aquel entonces era una zona nueva. «No tenía ninguna joyería cercana, si vas al centro o a áreas donde hay joyerías que llevan muchos años ya tienen su clientela», señala Andrés Suárez y recuerda que cuando vino «estaba el proyecto de La Florida pero no había nada construido todavía».

Desde entonces hasta ahora «he visto cambiar varios comercios en la calle y otros que se mantienen», analiza, lo que sí ha aumentado es la afluencia de gente. Además, destaca que la zona porticada es un ventaja, «no calienta el sol en los escaparates y si está lloviendo la gente puede ver el escaparate tranquilamente; además, siendo una joyería estás protegido para que no te hagan un alunizaje».

Toda la vida lleva en esta calle un herbolario, aunque antes de la actual propietaria lo llevaba la dueña del bajo. «Yo llevo trabajando aquí un par de años y me parece muy buena calle», señala María Luisa Suárez. «Estoy encantada porque es un barrio muy comercial, tiene todo tipo de tiendas y tiene mucha vida», afirma.

«Se trata de una calle en la que hay gente y tienes de todo», enfatiza, y en la que además de los vecinos, acude gente de paso y tanto personas mayores como jóvenes. «En nuestro caso, es el único herbolario que hay por la zona y La Florida tiene mucha gente, así que estamos muy contentas», señala.

Diez años hace el mes que viene El Costurero de Chus con María Jesús Rodríguez al frente, «me gustó mucho esta zona y el local por la cantidad de gente que pasa por esta calle», apunta, una afluencia de gente que achaca a que hay mucho comercio, «eso trae mucha gente, sobre todo por la mañana».

En su caso cuenta con mucha clientela debido a los diferentes servicios que ofrece, desde arreglos hasta cursos de tejer. Para ella, una de las ventajas de la calle es que «tiene mucho comercio y lo haces todo en la calle».

Uno de los negocios más recientes de la calle es Candy Place. Nordin Malek lo puso en marcha hace apenas tres años, «decidí abrir porque me gustaba la calle, porque tiene mucha gente y es muy comercial», resalta y añade que «está entre los súper grandes y siempre tiene gente, por eso me arriesgué a ponerme en esta calle».

Otra de las ventajas que resalta es que es una zona en la que vive bastante gente mayor y para los comercios pequeños esto es muy bueno porque siempre ayudan al negocio pequeño. «De mis clientes, el 90% es gente jubilada, mayor, que son los que siempre miran por el pequeño comercio, los jóvenes la mayoría hacen compras por internet y cocinan menos», concluye este comerciante.

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