Tess Defence no entregará las 92 unidades del 8x8 comprometidas con Defensa para final de año

El porqué tiene que ver con las particularidades de la producción del 8x8. Cada una de las cuatro empresas del consorcio se encarga de una parte diferente del blindado. Santa Bárbara produce las plataformas o barcazas, Sapa lleva a cabo todo lo relativo al potente grupo motopropulsor del vehículo, la tarea de Escribano tiene que ver con el suministro de las estaciones de armas e Indra, por su parte, pone la guinda del pastel con su novedoso 'software' de sistema de misión. Al final, Santa Bárbara se encarga también en la fábrica de armas de Trubia de la integración final de sistemas.

La razón fundamental de la demora se encuentra en dos de estos cuatro elementos. Santa Bárbara lleva todo el año a pleno rendimiento en la fábrica de Trubia y tiene las barcazas que requiere Defensa listas. No obstante, no puede llevarse a cabo la integración final de sistemas en todas ellas al faltar piezas fundamentales del complejo 8x8 Dragón que dependen de otros socios de Tess Defence. Principalmente, transmisiones, aunque también se está dilatando la llegada de un modelo concreto de torretas. Esto significa que, ahora mismo, en Trubia hay del orden de un centenar de blindados Dragón esperando por dichos sistemas para poder ser entregados a Defensa.

Un nuevo retraso que no es baladí y que se suma a los que llevan años empañando el megacontrato, de 2.500 millones de euros para la fabricación de 348 unidades del vehículo estrella de las Fuerzas Armadas. El programa del 8x8 se firmó en agosto de 2020 y la fabricación comenzó a finales de 2021 con un calendario de entregas estricto en el que se detallaba que los primeros 41 vehículos serían puestos a disposición de Defensa entre 2022 y 2023. Esto no se cumplió –sólo se recibieron siete–, en parte por la tardanza a la hora de firmar el contrato paralelo del sistema de comunicaciones, que recientemente ya ha sido integrado en los primeros vehículos, y llevó al Ministerio de Defensa a negociar una reprogramación del calendario con el consorcio. La propia ministra Margarita Robles salió públicamente en varias ocasiones a mostrar su «gran preocupación» por la falta de avances en un programa que es esencial para el Ejército de Tierra.

La socialista llegó a manifestar que nuevos retrasos serían intolerables y, a principios de este año, instó a las empresas a acelerar el ritmo de fabricación. En lo que tocaba a Santa Bárbara, que ha cumplido con su cometido, esto pasaba por habilitar una nueva línea de producción en la fábrica de armas de Trubia. Con todo, las partes llegaron a un acuerdo y, a priori, 92 unidades de la versión de zapadores del blindado serían entregadas a la DGAM a finales de este 2024. Serán unas veinte.

«Se acumulan los retrasos y habrá que reprogramar, como poco, para buscar una solución a los problemas de gestión», sentenciaron ayer las fuentes consultadas. El ministerio, por lo pronto, requeriría un plan detallado por parte de Tess. Se trata de un caso similar al que se vivió con el contrato que sirvió de génesis del programa 8x8: El de los demostradores –cinco prototipos de alta tecnología que fueron producidos por 91,9 millones de euros–. La UTE que se encargó de desarrollarlos, formada por Santa Bárbara, Indra y Sapa –Escribano aún no había entrado en la ecuación por aquel entonces–, recibió este año una sanción de 9 millones de euros del Ministerio de Defensa a causa de los constantes retrasos.