El Teatro Campoamor alza el telón de la 'nueva normalidad'

Las normas están claras. La mascarilla será obligatoria para el público y los músicos, salvo los de viento; habrá controles de temperatura a artistas y espectadores; se colocarán mamparas en el foso, que acogerá a un menor número de músicos y separados entre sí; y se limitará el aforo a 600 personas al menos durante la celebración de los primeros montajes.

En ese sentido, manifestó el presidente de la Fundación, «las mayores necesidades este año pasan de manera inexorable porque nos sintamos y estemos completamente seguros mientras disfrutamos de la cultura». «Y en ello llevamos semanas trabajando muy intensamente», aclaró. «Ha sido un duro recorrido desde marzo junto con las administraciones, el Principado y con la inestimable ayuda de los responsables del Teatro Campoamor, dentro de la Fundación Municipal de Cultura, como del propio concejal (José Luis Costillas), cuya experiencia e implicación en el trabajo que estamos haciendo es para nosotros la mayor garantía de éxito», agradeció.

La temporada número 73 de la Ópera de Oviedo arrancará el 6 de septiembre con un programa doble protagonizado por 'L´heure espagnole', de Maurice Ravel; y 'Les mamelles de Tirésias', de Francis Poulenc; dos pequeñas joyas del XX francés cuyo director de escena será Emilio Sagi. «Será un placer y una gran ilusión reencontrarnos con nuestro público», admitió Rodríguez-Ovejero.

Al teatro; no obstante, el paso de las décadas va haciendo cada vez más visibles sus necesidades. Este año se cumplieron diez años desde la última puesta a punto de las instalaciones que propiciaron la inversión de 3 millones de euros dentro del Plan Estatal. Ahora, continuó el presidente de la Ópera de Oviedo, «hay que tener en cuenta que el edificio tiene casi 130 años de historia. Y a ese encanto se suma que no tiene evidentemente los equipamientos y la funcionalidad de un teatro moderno». Por eso, auguró, «cada año se requiere un mantenimiento puntual en cuanto al engranaje que pone en marcha todo lo que ocurre en el escenario». Eso sí, confió Rodríguez-Ovejero, «seguramente a medida que se vaya requiriendo el Ayuntamiento atenderá esas necesidades».