La subasta de la galería del Calatrava se cierra en 157.777 euros, casi una centésima parte de su valor

Una cantidad que sigue siendo mínima, una centésima parte de los 10,2 millones de euros en los que está tasada la galería diseñada por Santiago Calatrava -ya de por sí una décima parte de su valor hace una década- y que se asemeja más a lo que cuesta un piso de dos habitaciones junto a la Foncalada que a los 40.000 metros de malograda superficie comercial en Buenavista. Es lo que tienen las subastas.

No obstante, lo cierto es que las cosas nunca son sencillas en un concurso de acreedores y de este resultado no se desliga que el centro comercial tenga un nuevo dueño de forma automática. Por lo pronto, la autoridad gestora, el notario Manuel Tuero, se encargará esta mañana de cerrar la subasta, y la administración concursal del Modoo «se reserva la facultad de inadmitir las posturas si así lo considera en interés del concurso», según recoge el pliego de condiciones de la subasta notarial.

La razón es sencilla. La anterior gestión y propietaria del centro comercial -Estabona Management- había dejado un agujero de 9,1 millones de euros en las cuentas de la empresa -RPPSE Espacio Oviedo- repartido entre una treintena de acreedores. Entre ellos, el Ayuntamiento, al que se le deben 2,03 millones de euros en concepto de IBI atrasado, a razón de 660.000 euros al año; y 5,19 millones al fondo Varia Structured Opportunities, propietario del gigante inmobiliario suizo Stoneweg, por un crédito hipotecario concedido a la gestora para una reforma de las instalaciones que nunca llegó. La deuda, en el año y nueve meses que llevamos de concurso, ha aumentado hasta sobrepasar de largo la barrera de los diez millones de euros. Ambos dos, el Consistorio y Stoneweg, son cobradores prioritarios dados sus privilegios de garantía hipotecaria.

Aquí es donde se complica. Ahora, la administración concursal, dado el caso de que la mejor postura no cubre los más de 7,2 millones de euros de los créditos calificados con dicho privilegio especial junto al IBI atrasado, dará el oportuno traslado a sus titulares (el Ayuntamiento y el fondo suizo) a fin de que acepten la postura, la mejoren o presenten otra oferta mejor por parte de un tercero o acepten la dación en pago. Algo así como cobrar la deuda en especie -más bien en Calatrava-. De todos estos, el supuesto más beneficioso para el Ayuntamiento sería que, simplemente, el nuevo propietario asumiese las cargas íntegras del edificio, tal y como admite el proceso. Es decir, se ponga la mochila del Modoo con esos más de 10 millones que viene arrastrando y pague lo que dejó a deber Estabona, evitando un proceso más largo y costoso, en definitiva, para las arcas municipales.

A ese respecto, El concejal de Urbanismo, Nacho Cuesta, había venido manteniendo desde el año pasado reuniones periódicas con Stoneweg para negociar una posible solución alternativa para el complejo. Esta pasaría por que el fondo aceptase el edificio como dación en pago por la deuda y lo relanzase de la mano del gobierno local. El Consistorio, así pues, asumiría la gestión de dos de las tres plantas como recinto ferial anejo al Palacio de Exposiciones y Congresos Ciudad de Oviedo y Stoneweg implementaría una zona de ocio y hostelería más humilde en la planta restante. Conversaciones que se terminaron enquistando y que podrían ya no ser necesarias en la misma línea si el inversor que ha aparecido está realmente dispuesto a reimpulsar lo que, hasta la fecha, es solo una cicatriz más en El Cristo y Buenavista.

No lo tendrá del todo fácil. Entre otras cosas, por el mal estado de mantenimiento del edificio. Durante los temporales, por ejemplo, se inunda y elementos como los variadores de las escaleras de emergencia no funcionan. La anterior gestora, Estabona, que incluso había llegado a plantear un proyecto de reforma y nuevo rumbo tras el ocaso y cierre a cal y canto del centro comercial en 2019, preveía una inversión de 24,3 millones de euros y una gran reinauguración para el año 2022. Una actuación completa para transformar la fallida galería en un centro de ocio familiar para el que, solo en obras de remodelación, se consumirían 12.534.850 euros. La propuesta, que nunca llegó a pasar del papel, incluía un apartado de restauración, un cine y una pequeña zona comercial.

Se abre un nuevo capítulo en la particular, larga y millonaria -para las arcas públicas- historia del Calatrava ovetense.