Sor Carmen Lorenzo | Responsable de la Cocina Económica de Oviedo
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Sor Carmen Lorenzo | Responsable de la Cocina Económica de Oviedo
«Aquí se realizan los milagros, en la Cocina Económica siempre es Navidad»Sor Carmen Lorenzo (Pontevedra, 1953) lleva al frente de la Cocina Económica de Oviedo desde hace poco más de unaño, aunque colabora desde hace más tiempo en la cocina de esta institución, que lleva más de 135 años, desde 1888, dando alimentos a los ... que más lo necesitan.
–¿Cuál es su percepción en el tiempo que lleva de responsable?
–La generosidad de la gente ante esta realidad de pobreza es muy notable, cada día nos recuerdan y nos ofrecen donaciones de todo tipo.
–¿Oviedo es una ciudad solidaria?
–Muy solidaria, Oviedo tiene conciencia de que esta casa es suya, yo he notado eso. Otras personas de fuera nos traen donativos, pero Oviedo, en general, tiene esa conciencia; es como que tienen una deuda con esta casa.
–¿Cuántas personas acuden a diario?
–Mantenemos a entre 180 y 200 personas al día. Los fines de semana sobrepasamos esta cantidad, vienen como unas treinta personas más. No sé de qué depende pero siempre vienen más al comedor.
–Además de los que se acercan al comedor, dan comida a familias para que la lleven a su hogar.
–Sí, dos días por semana damos comida a las familias, unas 90 al mes. Los menores de edad no pueden venir al comedor, entonces las mamás se llevan los alimentos y los cocinan en casa. Son familias que vienen derivadas del Ayuntamiento, otras de Servicios Sociales o de centros pedagógicos. Familias que vienen con niños y en el Ayuntamiento les ayudan después de un tiempo, pero hasta ese momento tienen que salir adelante.
–¿Cómo se ayuda a alguien que lo está pasando tan mal?
–No es fácil, pero estas personas son muy agradecidas, muy humildes. Se requiere mucho respeto hacia ellas, mucho cariño, que noten el calor humano que es el mejor plato. Nosotros no nos imaginamos lo que es llegar a un comedor.
–¿Qué perfil tienen?
–Un perfil muy variado. Hay personas mayores, de aquí, que llevan años y tienen unas ayudas muy bajas y no llegan a fin de mes. Otros son jóvenes. Nosotros les pedimos que estén en movimiento, que estén haciendo cursos o bien buscando trabajo y que presenten esos documentos, porque no es bueno que se enquisten aquí. El trabajo de la trabajadora social es muy importante para orientarlos sobre que pueden hacer, adónde pueden ir y cómo salir de aquí, que es el objetivo.
–¿Se nota entonces la altura del mes en la afluencia de gente?
–Sí se nota. Cuando reciben, por ejemplo, la pensión o las distintas ayudas, que son de distintas fechas, se nota que baja y unos días comen por su cuenta.
–¿Cuáles son las principales dificultades que tienen?
–La primera y principal es la falta de trabajo, en cuanto tienen un trabajo nos dejan y eso es lo bueno. Hay mucha gente que se está moviendo, es uno de los requisitos que pedimos para entrar. Y segundo la falta de empadronamiento, no los empadronan. Es eso, el trabajo y la vivienda.
–¿Y siempre tienen comida para todos?
–Aquí se realizan los milagros, aquí es Navidad todos los días. La Navidad es ese asombro de que todos los que vienen encuentran su plato de comida. No es fácil, pero se prevén estas cosas. Siempre ocurre que cuando necesitas algo, lo tienes, esa es una realidad. Aquí se da de comer y comen todos.
–¿Hay algo que necesiten?
–Sí, siempre que nos preguntan pedimos que productos no perecederos, latas de conserva, cosas que duren y podamos ofrecer.
–¿Cuentan con muchos voluntarios?
–Sí, muchos voluntarios. El rostro de la casa son ellos. Están organizados por grupos: comidas, cenas, los que vienen a las familias. Cada uno sabe cual es su turno. Tenemos más de cien voluntarios y en estas fechas más.
–¿Y los jóvenes también ayudan?
–Algunos hay, pero es más gente mayor, jubilados. Haría falta más gente joven, a los que vienen al comedor les gusta ver gente joven.
–Se acerca la Navidad, ¿es una época más dura para los comensales?
–Si, pero ellos tienen aquí cierto ambiente, los que estamos atendidos somos periódicamente los mismos y ya nos conocen. Esto es una gran familia y en ese sentido vienen relajados, vienen a su casa. Yo les digo que esta es la casa de todos y hay que cuidarla. Pero echarán en falta a sus familias, claro.
–¿Hacen algo especial?
–Si, la ambientación de la casa con motivos navideños y la comida la propia de la Navidad en esas fiestas grandes. Se hacen los platos típicos de estos días.
–Es una época dura, pero también es solidaria.
–Se recibe más. Hay campañas en los colegios, entidades que cada año se acercan en estas fechas... se nota que tienen aquí parte de su familia. Eso es la Navidad, la solidaridad de la gente, el asombro ante lo positivo, no hace falta esperar a estas fechas para ser solidario, pero no cabe duda que se produce más porque estamos llamados a eso, a ser solidarios, a ser una gran familia.
–¿Algún mensaje que quiera lanzar a los ovetenses?
–Agradecer el recuerdo que puedan tener de esta casa, agradecer la solidaridad que muestran, y llamarlos a despertar a los que no se han dado cuenta todavía que hay personas que sufren injusticias, que no les ha llegado este bienestar que tenemos los demás. Que estamos aquí y que todos necesitamos de todos.
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