Siete mil personas marcan el récord y llenan el Centro Asturiano para celebrar su día grande

No daban aún las doce y media del mediodía cuando el presidente del Centro Asturiano, junto a su directiva, acompañado por el alcalde de Oviedo, Alfredo Canteli, y gran parte de la corporación municipal, se dirigieron, siguiendo a la banda de gaitas del club, hasta el Rincón Asturiano. Una vez allí, cuatro socios, entre ellos el segundo teniente de alcalde, Mario Arias, portaron a la Virgen de Covadonga hasta el balcón del edificio principal que mira a la capital asturiana, lugar donde el padre Valdés y el padre Sauras oficiaran la misa al aire libre.

A la llegada de la imagen al altar, los socios rompieron en un respetuoso aplauso y en un silencio sepulcral para dar inicio a la homilía. «En esta fiesta, vamos a procurar olvidar lo negativo de nuestra vida y comprometernos desde la altura a bajar al valle, a nuestras casas, llevando paz, armonía y amor», inició el padre Valdés. El padre Sauras añadió que «el esfuerzo y el trabajo en este club siga siendo hoy más que ayer y menos que mañana para que el Centro Asturiano de Oviedo siga siendo un lugar moderno».

«Ha sido una semana impresionante de fiestas para todos, mayores, niños, abuelos... impresionante», valoró Granda. «Han sido las fiestas con más gente desde hace muchos años», remarcó. Solo ayer a la hora, en torno a siete mil socios. Pero se repartieron muchísimos más bollos: «11.500 bollos». La razón: «Hay muchas personas que los recogen y se van; sería imposible que los comiéramos todos aquí».

«La gente estaba loca por poder vovler a disfrutar al cien por cien; en la verbena del miércoles no había sitio para sentarse», puso de ejemplo Granda. Mientras, Concepción Méndez, concejala de Deportes y Políticas Sociales, describió el de ayer como un «día absolutamente festivo, después de dos años muy complicados». La edil recordó que «estuve muchos años vinculada al centro y las fiestas de Covadonga son siempre nuestro día estrella». «Para nosotros es un gusto poder acompañarles en esta celebración», aseguró, en nombre de la corporación.

Méndez se mostró feliz de que «el tiempo acompañara durante estos días lúdicos» y esperó lo mismos para las fiestas que hoy comienzan en la capital: «Vamos a llevar todos los huevos del mundo a Santa Clara para que en las fiestas de San Mateo también logremos sacar todos los eventos adelante».

Los 11.500 bollos de chorizo, realizados por las panaderías La Masera de Vetusta y Teverga, con carne de El Cuco, fueron entregados a los socios desde por la mañana. El ambiente festivo se dejó sentir desde primera hora.

Las familias Camporro, Rico, Cabeza Rey, Mora y Gutiérrez Fernández llegaron al club «a las ocho de la mañana para conseguir una mesa». Cinco cajas de sidra-una por familia-, con vasos personalizados con sus nombres, tortillas y los bollos conformaron su menú festivo. «Venimos todos los añós y nos hemos pedido el día de mañana (por hoy) de descanso para poder disfrutarlo a tope», aseguró Cecilia Camporro. «Queremos pasar el día entero aquí, disfrutando de las fiestas». En otra mesa, las familias Feltrero Fernández y Lozano Flórez. Ellos tampoco dudaron en madrugar para coger una mesa junto al campo de fútbol. A las ocho de la mañana ya ocupaban su espacio en el que desplegaron «empanada de mi madre, tortillas de mi suegra, huevos cocidos, paté, picoteo...», enumeró Elvira Fernández.

Una de esas familias que lleva yendo «toda la vida» al día grande es la de Carmen Prieto Campal, socia que vio «cómo inauguraban este Centro», por lo que cuenta, cómo no, con una de las distinciones de Socia de Mérito. «No nos perdemos ni una fiesta de Covadonga», aseguró Prieto Campal, acompañada por los suyos y los Castañón Suárez.

«Cogemos aquí los bollos y traemos tortillas, entremeses y filetes empanados». Estaban en una de las mesas dispuestas en el interior de una gran carpa, amenizada con música en directo de la mano de Pablo Moro e Ivo Budu.

Durante la tarde, los más pequeños disfrutaron por último día de los hinchables y las actividades infantiles. Las fiestas más ansiadas por los socios terminaron como siempre: con fuegos artificiales.

El Centro despidió unas celebraciones de récord.