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ALBERTO ARCE
OVIEDO.
Jueves, 15 de octubre 2020, 00:20
Hace poco menos de una semana, el jefe del Estado Mayor del Ejército, Francisco Javier Varela Salas, manifestó en una conferencia en el Instituto Universitario Gutiérrez Mellado de Madrid que con la firma del milmillonario encargo para la construcción del Vehículo de Combate sobre Ruedas ( ... VCR) 8x8 Dragón, las Fuerzas Armadas de la nación han conseguido «el contrato posible», pero «no el deseable». Está claro, después de que a finales del pasado año 2019 la Dirección General de Armamento y Material (DGAM) declarase desierto el programa, «era mejor tener el contrato» y confiar en la promesa de recibir las primeras agrupaciones en 2024 que quedarse sin nada. El Ejército de Tierra tuvo que «ceder» en sus demandas, porque si no, «no salía», sentenció el militar.
Ha habido cambios sustanciales desde aquel entonces. Ayer mismo, el Ministerio de Defensa desveló el calendario de entregas que deberá cumplir Tess-Defence, la sociedad liderada por Santa Bárbara Sistemas junto a Indra, Sapa y Escribano para la fabricación de las 348 unidades del blindado estrella hechos en Trubia por 2.100 millones de euros. La puesta a disposición de los vehículos llegará a través dos fases de fabricación e industriales definidas: «240 se suministrarán en configuraciones completas entre 2022 y 2026», «y 108 en configuración simple entre 2024 y 2027», anticiparon ayer desde el departamento de la socialista Margarita Robles.
Otra de las principales modificaciones del Dragón está relacionada con el número de variantes, reduciéndolas de siete proyectadas en origen a las cinco que saldrán de los muros de la fábrica de armas de la villa cañonera. Estos cinco tipos de Dragón tendrán sus propias configuraciones, eso sí, «su equipamiento inicial se ha adaptado al techo de gasto previsto», admitieron desde Defensa.
El alcance de suministro contempla las cinco variantes: la de Infantería (se fabricarán 219 unidades), la de Exploración de Caballería (58), la de Combate de Zapadores (49), la de Puesto de Mando e Batallón / Grupo (14) y la de Observador Avanzado de Artillería (8).
Desgranado en diez años, tal y como ya avanzó el diario EL COMERCIO en los albores de la firma del contrato el pasado mes de agosto; para este 2020 Defensa prevé un gasto de 30,3 millones de euros; 153,2 millones en 2021; 188 en 2022; 176,8 en 2023; 204,8 en 2024; 89,2 en 2025; 50 en 2026; 297 el siguiente año; 299 millones en 2028; y 612 millones de euros entre 2029 y 2030, siendo el 15 de octubre de ese año la fecha límite del plazo de ejecución de este primer tramo del programa. El jefe del Estado Mayor del Ejército, a este respecto, confió en que según avance el contrato se puedan conseguir ampliaciones de crédito para acercarlo a las peticiones iniciales del Ejército. «Es fácil conseguirlas si realmente son justificadas, y en este caso lo son», aseveró Varela Salas.
Desde el inicio de este nuevo rumbo del programa, que terminó con la villa de Trubia afianzándose como uno de los polos más importantes del sector de la defensa de todo el país, la ministra Robles sostuvo que la participación de industrias nacionales en el proceso de fabricación no podría ser menor al 70%. Así, Santa Bárbara pondrá la plataforma de uno de sus blindados más exitosos, el Piraña 5; Indra, un avanzado sistema de misión de última generación; Sapa, el grupo motopropulsor; y Escribano, los sistemas de armas.
De esta forma, Defensa también advirtió que «existen elementos que serán adquiridos en el extranjero». Estos son, enumeraron, «el lanzador de misiles contra carro, el cañón de 30 milímetros y otros componentes de subsistemas» que irán integrados en el 'sistema de sistemas' más moderno de este lado del continente.
Por otra parte, y en relación con las incógnitas que aún persisten sobre los sistemas de armamento que se utilizarán finalmente en los vehículos, desde el Ministerio también aludieron a la oferta presentada por la compañía española Navantia dirigida a equipar los 'Dragones' con dos versiones de su torre Tizona de 30 milímetros, lo que supondría un ahorro de 25 millones de euros en el proceso de fabricación. A este respecto, aseguraron las mismas fuentes, «el Ministerio aprecia el esfuerzo realizado» por la empresa para equipar una torre remota, pero «se trata de una oferta comercial no solicitada que no es parte de ningún proceso de licitación» y que «no cabe valorar», concluyeron.
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