Melendi llora de emoción en su primer concierto ante un público entregado

Jugaba en casa y se notó. Vaya que si se notó. Siete minutos después de la hora señalada (22 horas) Melendi salió al escenario de La Ería y desde el primer segundo el concierto olía a triunfo. El ovetense no defraudó, al contrario, embelesó al público que abarrotó la carpa, que cantó con él todos y cada uno de los éxitos.

Con un coro de miles de voces, todo se vino abajo en la cuarta canción 'Un violinista en el tejado'. Retumbó el recinto y la sensación de triunfo y de gran concierto se mantuvo hasta el final.

Aunque lo de jugar en casa era una ventaja y un acicate, la emoción desbordada del intérprete le jugó una mala pasada ya que el nudo en la garganta y unas lágrimas a punto, a punto de brotar le impidieron mantener un discurso coherente y sólo pudo dar las gracias. Quizá fue que mandó encender las luces al final de la segunda canción porque «quiero ver las caras de las personas». Las vio y sólo acertó a decir: «Esto es súper emocionante, gracias por estar aquí». Las casi nueve mil almas empezaron a corear su nombre y ahí se acabó el discurso.

Melendi se comió las lágrimas de cantar en casa y se arrancó con 'Caminando por la vida' y a partir de ahí todos a bailar. Éxito tras éxito: 'Con solo unasonrisa', 'Barbie de extrarradio', 'Como una vela'. En ese momento interrumpió la canción ante la sorpresa de la gente porque en primera fila un chico le pedía la mano a su novia. Con una camiseta con la pregunta «¿Te quieres casar conmigo?» y un anillo, el joven captó la atención de su chica y también de Melendi que celebró el «sí, quiero».

Anoche Melendi volvió a casa y fue como si nunca se hubiera ido a labrarse una carrera. No fue la parábola del hijo pródigo, fue el cuento del hijo querido, muy querido. Terminó su primera actuación mateína con una gran sorpresa, cantando 'Asturias' acompañado por la Banda de Gaitas Ciudad de Oviedo.

La comunión con el público fue perfecta, una catarsis de emociones entre un cantante y su público. Un público que había comprado las entradas y que desde mucho antes de comenzar el concierto hacía cola para entrar. Una cola que empezaba en la calle Luis Fernández Castañón, justo debajo del depósito de la grúa municipal y llegaba hasta la entrada de la carpa rodeando el estadio Carlos Tartiere.

Melendi dio ayer el primero de sus tres conciertos previstos en Oviedo por San Mateo aunque bien mirado era el tercero pues el primero que salió a la venta fue el de mañana y el último que se vendió fue el de ayer. Como si fuera la saga de 'La guerra de las galaxias', donde la primera parte es la cuarta o algo así, Melendi rompió ayer todas las marcas y extasió a un público entregado, fiel, directo y enamorado del cantante y que se rindió antes siquiera de que desgranara las primeras notas de su primera canción. En las primeras filas bailaban pancartas de cariño: «Soy Yeye, tú eres mi regalo de cumpleaños', 'Tú eres mi amor prohibido', 'Te cambio a mi hermana por un abrazo' y, por supuesto 'Puxa Asturies'.

Con un pantalón vaquero, una camiseta negra, un pendiente, una barba de días, una inigualable sonrisa y una capacidad arrolladora para guiñar un ojo al público, Melendi triunfó ayer en Oviedo por todo lo alto. Sólo el sabe si esperaba algo así, tan pasional, pero está claro que seguramente era su objetivo y lo cumplió.

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