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GONZALO DÍAZ-RUBÍN
OVIEDO.
Miércoles, 10 de julio 2019, 01:11
«Tenemos que empezar de cero». A dos meses del pregón y con agosto por el medio, San Mateo no tiene escenarios ni programa musical, según confirmó ayer la concejala de Autorización de Festejos, Covadonga Díaz (PP), tras reunirse con los promotores, El Cohete y EP Managment, a los que el anterior equipo de gobierno encargó perfilar el programa musical de las fiestas de septiembre.
Perfilar, porque la Fundación Municipal de Cultura no disponía -y no dispone aún- de crédito presupuestario para firmar los contratos. Un informe pedido a los técnicos del área por el nuevo equipo de gobierno considera que ese «encargo verbal» no tiene validez formal, explicó ayer la concejala. Siguiendo la práctica habitual de los últimos años, tanto con la SOF y gobierno del PP como con la Fundación y gobierno tripartito, el Ayuntamiento acostumbró a dotar de financiación a las fiestas a mitad de año con una modificación presupuestaria. Los retrasos e incumplimientos de las cuentas de este año y el ciclo electoral han dejado sin margen ahora al Consistorio para tramitar una incorporación de remanentes. Economía trabaja contrarreloj para dotar de presupuesto al área a través de transferencias de crédito desde otras partidas no dispuestas en Educación, Cultura y otros centros de gasto afines. Mientras tanto, todo seguirá sin tener esa validez formal.
Díaz se mostró muy crítica con los anteriores responsables de la Fundación Municipal de Cultura que «no dejaron nada hecho» y admitió que «no tenemos ni escenarios». La Catedral, donde la edil explicó que su idea era montar un escenario más reducido para «grupos locales u orquestas, no sabemos si se podrá usar», reconoció. La contratista de las obras de mejora del pavimento de la plaza de Alfonso II incumplió los pliegos y no ha atendido los requerimientos municipales para que solventase las deficiencias. La nueva concejalía de Contratación, en una de sus primeras decisiones, ordenó la rescisión del contrato por causas imputables a la empresa y en un intento de poder resolver el acuerdo y disponer del espacio de cara a las fiestas, pero incluso ese trámite requiere de periodos de alegaciones y más informes que pueden dar al traste con las intenciones del equipo de gobierno.
El plan de llevar los grandes conciertos a La Ería también está en el aire. Díaz confirmó que espera conocer la disponibilidad de espacios y las posibles opciones en una reunión que mantendrá con los distintos servicios implicados a lo largo del día de hoy. En el aparcamiento del Carlos Tartiere, la SOF colocó durante tres años los grandes conciertos de las fiestas de San Mateo. Lo hizo con éxito de público, pero con bastantes problemas de gestión, seguridad y económicos. La Sociedad Ovetense de Festejos podía meterse en casi cualquier jardín porque, sobre el papel, era una entidad privada, pero parece bastante más dudoso que la Fundación Municipal de Cultura pueda dedicarse a contratar por separado la sonorización, el escenario, la seguridad la producción de los eventuales recitales en La Ería sin incurrir en una fraccionamiento de contrato.
«Tenemos muchas propuestas de promotores», explicó la concejala, «cuando sepamos de los escenarios disponibles iremos encajando la programación». Uno con el que cuenta es con mantener las orquestas en el paseo de El Bombé para animar las casetas de los hosteleros, para el resto «no hay nada cerrado. No sabemos tampoco si las obras de San Lázaro (para crear una nueva salida del recinto y poder ampliar su aforo) llegarían a tiempo», pero destacó que se trata de una opción descartada «por los más que posibles daños a las pistas de atletismo.
La preferencia del equipo de gobierno sigue siendo La Ería, aunque lo más probable es que sea sin carpa. Las fiestas coincidirán con dos partidos en casa del Real Oviedo y el Ayuntamiento ya sabe de los problemas que ello supone: el aparcamiento del campo de fútbol es el espacio de seguridad definido en el plan de autoprotección del estadio. Renunciar a la carpa supondría alterar el escenario y obligaría seguramente a aumentar la potencia del sonido respecto a otros años. A hacer todo desde cero.
Tampoco valdrían para estas fiestas los diseños y contratos del año pasado para la Catedral. De un lado, el equipo de gobierno no quiere que la plaza delante de la basílica «sea una sala de fiestas»; de otro, las obras de mejora del TSJA afectan al espacio donde se monta habitualmente el escenario y obligarían también a redefinir el plan de autoprotección.
El presidente de la Fundación Municipal de Cultura, José Luis Costillas, se remitió ayer a Díaz para cuestiones relacionadas con la organización de las fiestas. Puede ser, pero será él quien tenga que firmar y aprobar los contratos de los conciertos. Los que sean y para dónde sean.
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