Ama Lara, vestida de dominátrix, en una imagen promocional. E. C.

Trama de explotación sexual en Oviedo

Sado, prostitución y trata en el «reino de Ama Lara»

La dominátrix de Oviedo termina aceptando una pena de dos años y tres meses de cárcel junto a otros ocho miembros de la trama. La red ingresaba medio millón de euros al año; con tarifas de 200 euros por sesiones de sadomasoquismo

Alberto Arce

Oviedo

Domingo, 9 de julio 2023, 01:32

El «reino de Ama Lara» fue el nombre que recibió el pequeño imperio de la prostitución que erigió hace algo más de una década la dominátrix Marta F. junto a todo un grupo criminal integrado por ocho personas más en dos pisos de citas de la ciudad. Uno en la calle Campomanes 14, dedicado al sadomasoquismo y que, según la Policía Nacional, era uno de los más importantes de este tipo del norte de España; y otro, en la avenida de Pumarín 20, de donde en la Nochebuena de 2015, ayudada por una compañera y por otra mujer, se fugó la joven que puso la denuncia sobre los abusos que se cometían en la vivienda. De nacionalidad paraguaya, declaró que viajó hasta España engañada por dos compatriotas con la promesa de trabajar en el servicio doméstico, pero que, al llegar, la forzaron a ejercer la prostitución. Ahora, engrosa la lista de testigos protegidos del Ministerio del Interior.

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Su testimonio fue el detonante de un largo y escabroso caso que ha terminado cerrándose esta misma semana, con los nueve integrantes de la trama de explotación sexual sentados en el banquillo de los acusados de la Sección Tercera de la Audiencia Provincial, reconociendo los hechos y aceptando penas de entre uno y dos años y tres meses de prisión por los delitos de trata, prostitución coactiva, contra los derechos de los ciudadanos extranjeros y de los trabajadores.

¿Quiénes? La dos hermanas paraguayas que se encargaban de captar a jóvenes en su mismo país de origen, las dos parejas que regentaban el lugar donde se ejercía la prostitución -la principal, Ama Lara y su compañero sentimental- y tres mujeres -apodadas 'Cristal' (Tatiane A.), 'Paloma de día' (Cecilia O.) y 'Paloma de noche' (Dana T.)-, que se encargaban de controlar al resto de chicas. Sólo las dos primeras, las paraguayas, han sido condenadas por trata, al no quedar debidamente demostrado que Ama Lara y el resto fuesen conocedores del engaño, si bien «sí sabían la desvalida situación en la que la joven se encontraba», apuntó el fiscal.

Las normas en el «reino de Ama Lara», como se anunciaba, eran verdaderamente duras. Las chicas, obligadas a estar disponibles las 24 horas del día, vivían hacinadas en algunas de las habitaciones de las viviendas -en las que no habría ni siquiera cocina-. Según reconocieron el martes pasado ante su señoría, la dueña del negocio apenas dejaba dos horas de descanso diario a las jóvenes y, en ocasiones, ni siquiera pasaba de veinte minutos.

Tampoco podían rechazar a ningún cliente. De hecho, salvo las 'especialidades' que ofrecía Ama Lara en Campomanes, 14, el sistema del negocio era muy similar. En cifras, la red ingresaba más de medio millón de euros al año. Lo hacía con tarifas de 200 euros por sesiones de sadomasoquismo de una hora en un negocio que llevaba diez años funcionando. Azotes a 200 euros la hora.

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En toda esta trama apareció entonces el nombre de otro hombre, conocido como el «gijonés blandito». Un tipo con cierto sobrepeso, con gafas, calvo, de 55 años y vecino y natural de Gijón. Sin antecedentes, la Policía llegó hasta él porque la web de Ama Lara estaba registrada a su nombre. También figuraba como parte, al 10%, de otra de las sociedades de la trama. Negó cualquier vinculación con el negocio, más allá de pequeños servicios informáticos ofrecidos a Marta F., afirmó desconocer su participación en una comunidad de bienes y sí reconoció que tiempo atrás había mantenido una relación sentimental con Ama Lara, en tanto que acudió en varias ocasiones al piso de sado de Campomanes. Ha quedado exonerado.

Tras su primera detención -junto a nueve personas más- durante el verano de 2016, Ama Lara volvió a caer una segunda vez apenas un año después. Un chivatazo sobre la posible presencia de una menor de edad en un piso de citas de Salesas movilizó rápidamente a la Policía Nacional. Durante el registro, los agentes no encontraron a ninguna menor, pero sí localizaron a dos mujeres extranjeras en situación de estancia irregular, y a otras dos que ya tenían los permisos de residencia. El 50% de las ganancias que generaban al prostituirse se las quedaba la casa. La otra cara más polémica del caso fue que esta habría utilizado a su hijo como pantalla.

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