

Secciones
Servicios
Destacamos
A. Arce
Martes, 14 de febrero 2023, 12:41
Una pareja aún sin identificar, según los testigos, desvalijó el miércoles de la semana pasada un piso del número 3 de la calle Lorenzo Abruñedo, en el barrio ovetense de Ciudad Naranco. Se llevaron, tal y como ha denunciado ante la Jefatura Superior de Policía de Asturias la inquilina de la vivienda, 7.000 euros en joyas, efectivo y un ordenador portátil. A esta mujer aún no se le ha quitado el susto del cuerpo. «No me atrevo a subir sola al piso, ni siquiera a quedarme a dormir en él desde que pasó todo, creo que me tenían controlada antes de entrar a robar», sostiene. Desde entonces, sufre «una ansiedad terrible». «Es horroroso», admite: «no le desearía esta sensación ni a los que me han robado».
Todo ocurrió el pasado día 8 entre las 11.30 y las 14.30 horas. La mujer había salido de casa para hacer unos recados. Cuando volvió al piso, a eso de las 14.15, se percató de que le faltaban las llaves y ahí comenzaron a saltar las alarmas. Se trata de una mujer «muy cuidadosa» que, por ejemplo, cada vez que sale de casa siempre cruza a la acera de enfrente para comprobar que no se ha dejado las ventanas abiertas por ejemplo. En ese momento, cuando se percató de que le faltaban las llaves, acudió a la casa de su pareja, que vive en Primo de Rivera, a por una copia de las llaves y se dispuso a volver a Lorenzo Abruñedo para acceder a su domicilio, donde la estarían esperando sus mascotas: un perro y tres gatos.
Cuando entró en el portal, lo primero que hizo fue comprobar el buzón. Había depositado en su interior un sobre con viejas fotografías que se había olvidado que llevaba en el bolso cuando bajó a la calle en un primer momento. Metió la mano en el buzón y comprobó «que el sobre no estaba en la posición en la que yo lo había dejado y que lo habían abierto». «Ya subí con miedo al piso, pero lo peor fue cuando llegué arriba y se abrió la puerta del ascensor». Esta vecina acostumbra a cerrar la puerta de su casa con cuatro vueltas cada vez que sale. Cuando metió la llave en la cerradura, pudo abrir de un simple giro y no con los cuatro a los que está acostumbrada. «Lo vi todo revuelto, no entré, llamé al perro y bajé al portal a esperar a la Policía», relata.
A la llegada de los agentes, una patrulla de la Policía Nacional, estos subieron delante de la mujer y comprobaron la escena en el piso. «Estaba todo revuelto, las luces encendidas, hasta se habían tomado su tiempo para utilizar el cuarto de baño». ¿Qué faltaba? Joyas «de oro y otras no tan caras», dinero en efectivo y un ordenador portátil valorado en 1.200 euros. «Es extraño, porque se llevaron algunas cosas que no valen mucho y dejaron otras (de bisutería más cara) que valen bastante más. Creo que, por la manera en que utilizaron el baño, al menos uno de los dos podría ser una mujer», concluye la damnificada. Además, «parece que sabían lo que hacían». La Científica solo halló huellas de guantes.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
La juzgan por lucrarse de otra marca y vender cocinas de peor calidad
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.