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ROSALÍA AGUDÍN
OVIEDO.
Lunes, 27 de noviembre 2017
La misa de doce en la iglesia de San Isidoro fue ayer especial. Presidida por el arzobispo, Jesús San Montes, durante la ceremonia se recibieron los restos del seminarista ovetense José María Fernández. Los portaron Sor Esperanza, de la Cocina Económica, y ocho monaguillos ... al son del Himno de los Mártires.
A partir de ahora estas reliquias descansarán en el retablo de la derecha. La familia de este cura confiesa sentirse emocionado. Su tío abuelo fue bautizado y este acto supone además «una vuelta a sus orígenes», destacaron su sobrinas nietas, Pilar González y Carmen Tosal.
Para Sanz Montes, la labor que este seminarista desempeñó durante sus 61 años de vida es inspiradora. Fernández estuvo en India «fundando hospitales, haciendo caminos y escuelas» y lo condenaron a muerte. Lo asesinaron meses después porque tenía «información útil» para perseguir a la Iglesia. Finalmente fue martirizado junto a otros dos sacerdotes y cinco hermanos de la Congregación de la Misión en 1936, según explicó durante la misa el hermano mayor de la cofradía del Santo Entierro, Luis Manuel Alonso.
Por su parte, el cura de San Isidoro, Juan Luis Alonso Tuñón, confesó sentirse «lleno de alegría de tener este mártir entre nosotros» y agradeció a los Padres Paúles y a las Hermanas de la Caridad «la cesión de las reliquias». El resto del cuerpo de este seminarista descansa en Madrid.
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