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GONZALO DÍAZ-RUBÍN
OVIEDO.
Sábado, 26 de diciembre 2020, 01:16
El 1 de enero, España abrirá presupuesto nuevo tras llevar tres años parcheando las cuentas que dejó aprobadas para 2018 Cristóbal Montoro. El Ayuntamiento de Oviedo, no. Por primera vez en treinta y cinco años, tirará de prórroga presupuestaria y lo hará pese a ... contar con un gobierno que dispone de mayoría absoluta en el Pleno de la Corporación. Lo hará, también, porque al Ayuntamiento le faltan 10 millones de euros para cuadrar sus previsiones de gasto, 215 millones por 205 de ingresos. Dos columnas, la de ingresos y la de gastos, separadas por esa cifra, que el equipo de gobierno ha renunciado a cuadrar han acabado por abocar a la prórroga presupuestaria.
Afrontar la extraordinaria situación con la que arranca 2021 con unas cuentas pensadas y diseñadas cuando nadie había oído hablar mucho de Wuhan, no parece la situación ideal. El equipo de gobierno, de hecho, trabajó en un proyecto de nuevas cuentas durante más de cinco meses. Incluso la jefa de la Oficina Presupuestaria se saltó el teletrabajo para colaborar a encauzar los números. La funcionaria, que ha estado detrás de los números del Ayuntamiento desde hace más de dos décadas, fijó la estimación de ingresos en poco más de 205 millones de euros y echó la cuenta: las concejalías debían realizar un ajuste de su gasto corriente de al menos una decena de millones de euros para equilibrar el presupuesto y llevarlo a aprobación. No fue posible. Las decisiones del año pasado, una expansión del gasto de casi 8 millones más en el capítulo 2, el de bienes corrientes y servicios, y la reducción de ingresos, un millón menos por la reducción del IBI a los grandes valores, lo hicieron inviable políticamente. El equipo de gobierno no iba a subir los impuestos después de prometer lo contrario y algunos gastos no podían reducirse sin un alto coste político.
Oviedo, por ejemplo, gasta un millón de euros más en luz y luces desde este año. Medio millón largo en el consumo de las lámparas que cuidan el césped del Carlos Tartiere y otros 400.000 en alumbrado festivo. Cosas así no son fáciles de recortar, además el equipo de gobierno ha asumido gastos extraordinarios para hacer frente a la situación sanitaria -limpiezas, refuerzo de comedores escolares o de personal en las escuelas infantiles- y económica. Para el próximo año, solo la segunda anualidad del plan de recuperación Oviedo Recover tiene un gasto previsto de 7,2 millones de euros; el refuerzo de los servicios tendrá un coste próximo a los dos y el transporte público volverá a dejar un agujero millonario.
Por el lado de los ingresos, además, había que contar con la nueva reducción del IBI diferenciado y la exención de tasas a las terrazas de hostelería, otro millón y medio de euros de dificultades a sumar a la caída en la participación de los ingresos del Estado, otros 4,3 millones. Con todos los números sobre la mesa, las opciones no eran muchas. En circunstancias parecidas, el tripartito optó por aprobar un presupuesto en déficit para hacer el ajuste una vez incorporado el remamente de tesorería. Salió regular, tirando a mal. Dio pie a la oposición, entonces PP y Ciudadanos, a denunciar el desgobierno, colocó en una posición incómoda al alcalde socialista, Wenceslao López, y dejó bloqueadas las cuentas hasta junio.
De ahí que el concejal de Economía, Javier Cuesta, plantee la prórroga como una dicotomía entre un «presupuesto irreal» y una «opción responsable» que, de paso, «gana tiempo». El Ayuntamiento, es cierto, iniciará el año sin dinero para varios de los contratos que tiene en marcha, el plan Recover frente a la pandemia o para pagar las becas de comedor y abocado a un déficit de esos 10 millones, pero espera arreglarlo todo en marzo, con una gigantesca incorporación de remanente de tesorería una vez liquidado el presupuesto de este año. No menos de 32 millones de euros que darán aire para terminar el año y financiarán el plan de inversiones anunciado por casi 22 millones. La suspensión de las reglas fiscales lo permite para este ejercicio, pero deja muchas dudas para el que viene y apenas nueve meses de margen.
El problema es de fondo. Los gastos de los capítulo 1 y 2, personal y bienes corrientes y servicios, cada vez pesan más. De 144 millones en 2018, han pasado a 156,6 millones este año; mientras que los ingresos propios tributarios están congelados en 145 millones desde hace tres ejercicios. Los diez millones de euros de diferencia entre ambos guarismos y su coincidencia con la cifra que impidió cerrar el presupuesto no es casual. Tampoco que las dificultades surjan este año. Durante los últimos tres, a medida que el país iba recuperando la actividad y el crecimiento económico tras la crisis financiera iniciada en 2008, los ingresos procedentes de las transferencias del Estado han ido creciendo y sosteniendo el aumento del gasto municipal, pasando de 54 millones en 2018 a 62 este año. El que viene no será así, habrá un retroceso de más de cuatro millones por el impacto económico de la covid19, que tardará en recuperarse.
El concejal de Economía calcula un impacto de la pandemia en las cuentas municipales de unos 30 millones de euros entre este año y el ya cercano 2021. Un dinero para el que los ayuntamientos se han quedado sin las ayudas prometidas.
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