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ROSALÍA AGUDÍN
OVIEDO.
Martes, 31 de mayo 2022, 01:22
«Recuerdo el Martes de Campo como un día primaveral. Una jornada de luz, de alegría, sin colegio y que despertaba, además, el sentido positivo de la vida». Con estas palabras, el presidente de la Fundación Ópera de Oviedo, Juan Carlos Rodríguez-Ovejero, arrancó ayer ... su pregón con motivo del Martes de Campo, que se celebrará dentro de una semana en el Campo San Francisco. En el Teatro Filarmónica, el ingeniero se mostró emocionado de ser el protagonista del evento, organizado por la Sociedad Protectora de La Balesquida y donde estuvo respaldado por la junta directiva con su presidente, José Antonio Alonso al frente, además de ocho concejales de los grupos municipales del Partido Popular, PSOE y Vox.
Rodríguez-Ovejero destacó que «como todos los ovetenses de mi edad, tengo grabada en mi memoria el Martes de Campo». Año tras año se repetía en esta jornada «la sensación de libertad, de poder pisar el césped del Campo mientras había un ambiente festivo con los bollos preñaos gracias a la labor desarrollada por la Sociedad Protectora de La Balesquida, ejemplo de lo bueno de ser ovetense y asturiano». Hoy, esta «tradición centenaria se conserva gracias a la ilusión y al hacer de forma desinteresada de las personas que se esfuerzan en mantener viva la tradición y mejorarla pensando en el futuro».
Un esfuerzo que también está patente cada año en la Fundación Ópera de Oviedo que preside, cuyo ciclo conmemora su 75 aniversario. «Tener y mantener aquí una temporada estable de lírica durante tantos años es un milagro en la España periférica. Tenemos mucho que agradecer a las personas, profesionales y amantes de la música clásica que han dedicado sus esfuerzos a situar esta actividad cultural como un patrimonio de todos los asturianos».
Tras elogiar al «equipo de lujo que tenemos bajo la dirección de Celestino Valera», tuvo palabras de agradecimiento para las administraciones públicas que ayudan a la Ópera a seguir adelante. «Contamos con el apoyo del Principado, del Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música (Inaem) y especialmente del Ayuntamiento de Oviedo», apuntó. Todo ello sin olvida la gran labor de su predecesor Jaime Martínez.
Dicho esto, insistió en que «tenemos la responsabilidad de perpetuar toda esta historia de la Ópera para mantener la calidad que ha tenido hasta el día de hoy». Un extremo que pasa por «hacerla crecer y evolucionar con los tiempos sin perder la excelencia dotándola de nuestros atractivos y haciéndola llegar a todos los públicos.
A lo largo de su pregón, Rodríguez-Ovejero hizo un repaso a su vida. Nació a principios de los años cincuenta en una «ciudad algo diferente al Oviedo que conocemos hoy en día» porque de aquella reinaba la «tranquilidad y su cercanía». Pasó su infancia entre Asturias y León. De sus padres, dijo, aprendió los «valores para la vida» tales como «la cultura del esfuerzo, el ser positivo, la honradez,...».
Tras ser alumno del colegio de los Jesuitas, se matriculó en la Escuela de Minas, seis años de «duro trabajo» que culminaron en una graduación en medio de la «crisis del petróleo de mediados de los setenta». Luchó duro para conseguir una beca para estudiar en Estados Unidos, tras lograrlo volvió a España donde conoció a su mujer, Montaña, con la que ha tenido «tres hijos y ahora se nos cae la baba con los nietos». Estuvo en el Instituto de Fomento Regional y trabajamos «como cosacos para hacer realidad el sueño de traer Dupont a Asturias».
Lo consiguieron, según destacó Javier Gómez Tuñón, vicepresidente de La Balesquida, quien se encargó de describirle. Lo calificó como un hombre «con luz propia» que tiene a Oviedo «como esa proteína compleja en el núcleo de sus células», es una «persona que vale mucho conocer». También resaltó su «currículum excepcional en base a su trayectoria profesional y valores humanos». Concluyó entregándole la 21 réplica de la capilla de La Balesquida que se concede desde el año 2003 a cada pregonero que protagoniza la semana grande de una de las fiestas con más raíz en la ciudad.
Tras el pregón, llegó el turno de la música. Actuó el quinteto de cuerda Da Capo sobre el escenario del Filarmónica. El próximo evento relacionado con el Martes de Campo será el domingo con el desfile del Heraldo a caballo por El Antiguo tras el parón por la pandemia.
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