El profesor al que no dejaron ser militar

Fernando Fernández-Ladreda Aguirre (Oviedo, 1961) es el octavo de doce hermanos, «diez vivos». Está casado con Elisa Fernández Rivas, directora del colegio público La Gesta, con la que empezó a hablar de cosas serias durante la campaña electoral municipal de mayo de 2015 cuando ambos iban en la lista del PP, que lideraba Agustín Iglesias Caunedo, y que al final no fue alcalde por el pacto del tripartito en el último minuto. Tiene una hija, Fabiola, que ya cumplió 32 años.

Hijo de Fernando, coronel del Cuerpo de Artillería, con importante abolengo dentro del Ejército español, y de Belén, dedicada en cuerpo y alma a la crianza de doce hijos.

«Yo creo que nací en casa, en Suárez de la Riva aunque no estoy muy seguro». De su infancia, Fernando Ladreda, como se le conoce en Oviedo, «tengo un recuerdo de mucha felicidad y diversión porque en mi casa no era posible aburrirse siendo doce hermanos». Los veranos, en La Isla; «y las tardes y muchos fines de semana, en el Campo San Francisco, donde fui sin ninguna duda el gran campeón de chapas. De niño era bastante trasto».

Después, al colegio San Ignacio, al Instituto Alfonso II, al Instituto de Astorga «porque a mi padre lo destinaron allí, eligió a un hijo para llevarse con él y me tocó a mí», y vuelta a Oviedo para acabar los estudios en el colegio San Isidoro. Luego, la Academia General Militar, Ciencias Empresariales y «comencé a trabajar en la Academia Llana con don Héctor Centeno, al que le debo todo lo que he conseguido en mi vida profesional.

Sus amigos le definen como serio y cumplidor, buen amigo y con mucha personalidad, quizá porque cuando te mira con esos ojos claros impresiona, en concreto si no sonríe.

Su vida pública se hace más pública a partir de 2008 cuando lo eligen como presidente del Real Club de Tenis de Oviedo, cargo que ocupó hasta 2015 porque «cuando aún me quedaba un año de mandato, lo dejo para ser presidente de la Federación Española de Tenis, que tenía muchos problemas extra deportivos con enfrentamientos entre jugadores y directivos, y terminé trece meses después cuando las aguas se calmaron y pude convocar elecciones».

Después llegó la política, número 2 de la lista del PP. «Fue una experiencia interesante aunque vuelan demasiados cuchillos, sobre todo los de tu propio partido». Su talante conciliador y cercano le dejó buenos amigos en otros partidos como «Ana Rivas (PSOE) o Iván Álvarez (IU)». Fernando Ladreda es serio, poco hablador y a la vez cercano. Observa, mira y conquista a quien le escucha.