Los problemas de la reordenación del tráfico retrasan la última fase de la peatonalización

De hecho, el pasado lunes fue la primera fecha dada por los responsables de ambas áreas, José Ramón Prado y Nacho Cuesta, respectivamente, para finalizar las tres fases del plan de peatonalizaciones. Sin embargo, ya hace diez días, el propio Prado amplió el margen para elaborar un estudio más concienzudo que presente garantías para que la supresión del tráfico en las citadas calles resulte satisfactoria.

Dos apuntes. El primero, según recuerdan desde Seguridad Ciudadana, es que las peatonalizaciones son «provisionales» mientras dure la desescalada. Pese a ello, la primera fase nació con «vocación de permanencia» e Infraestructuras ya trabaja en un proyecto de reurbanización de Mendizábal, Ramón y Cajal y Pozos para dotar al eje de un aspecto, valga la redundancia, peatonal. Y dos: la experiencia en Fruela y el primer tramo de Rosal también han resultados satisfactorias, toda vez que el volumen de tráfico, que va de la mano del pulso económico de la ciudad, no ha recuperado ni es previsible que lo haga todavía, los datos previos al pasado 14 de marzo.

Los técnicos municipales consultados cuentan con la experiencia de las dos primeras fases, pero son conscientes de que la tercera es la más complicada porque afecta a dotaciones públicas como el consultorio médico de la calle Martínez Marina. En el mismo punto, además, se encuentra una parada de autobús empleada por clientes del mercado de El Fontán.

La primera intención fue mover la citada parada a la calle Santa Susana, pero, ayer, Seguridad Ciudadana abrió la posibilidad de una peatonalización 'blanda' en la que, aparte de los vecinos, taxis y autobuses urbanos puedan atravesar la citada calle sin necesidad de mover la parada.

La otra preocupación es la calle Santa Susana y el margen que presenta para establecer dos carriles de circulación cruzada. Para ello será necesario eliminar plazas de aparcamiento regulado ensanchando los carriles. Asimismo, técnicos de movilidad valoran la posibilidad de instalar una nueva red semafórica para regular el tráfico rodado y para ello están controlando el volumen que absorbería al cortar el resto de calles.

De prosperar las intenciones del equipo de gobierno y pasar de la provisionalidad a la permanencia de las peatonalizaciones -de las primeras fases, al menos-, los planes pasan por establecer accesos regulados a vecinos y empresarios de la zona con sus vehículos mientras se mantiene el horario de carga y descarga habitual.

Independientemente de lo anterior, la Concejalía de Infraestructuras valora ya otras calles de la ciudad susceptibles de ser cortadas al tráfico. Marqués de Pidal, está entre ellas. También la avenida Fundación Princesa de Asturias. Por último, los técnicos han comenzado ya esta semana sus estudios acerca de la avenida de Galicia donde se descarta el cierre al tráfico en pos de soluciones alternativas para ganar espacio en la acera.