Santiago González | Director del IES Doctor Fleming
«El problema de la salud mental es general, debe afrontarlo la sociedad en conjunto»Secciones
Servicios
Destacamos
Santiago González | Director del IES Doctor Fleming
«El problema de la salud mental es general, debe afrontarlo la sociedad en conjunto»Hombre de equipo, paciente –aunque a veces no tanto, asegura, como debería–, con capacidad de trabajo y de organización. Santiago González, nacido en Sotrondio hace 61 años, dirige el IES Doctor Fleming. Casi 1.500 alumnos y 135 profesores a su cargo. Una importante responsabilidad, ... máxime en tiempos en los que las redes sociales o casos de acoso no lo ponen fácil. Dar ejemplo es su máxima ante unos problemas que, afirma, se extienden a toda la sociedad: «La tribu no está educando bien». Tras estudiar en el IES Jovellanos de Gijón, hizo la carrera de Químicas y sacó oposiciones de Enseñanza Secundaria en Madrid. Desde entonces, no ha parado. Trabajó en el IES Jovellanos, dio clases en Sotrondio y durante 22 años en el instituto Isla de Deva de Piedras Blancas. En El Fleming suma ya 11 años, 7 como director. Y la vocación, intacta.
–¿Qué tiene que tener un director de un instituto como el Doctor Fleming?
–Paciencia, no agobiarse ante el trabajo, un buen equipo, capacidad de trabajo y tener una idea de lo que quieres del centro.
–¿Cuál es su idea?
–Me gustaría un centro que poco a poco fuese creciendo. En los últimos años, ha crecido; siempre partiendo, como diría algún científico ilustre como Newton, 'a hombros de gigantes'. Es decir, hay que valorar la labor que han hecho equipos anteriores. Pero en el periodo que yo he estado ha crecido en el número de alumnos y en enseñanzas. Estamos metidos en una gran variedad de programas y tenemos una proyección hacia el exterior muy importante. ¿Qué es lo que me gustaría? Un centro dinámico, donde además de dar clase y tener buenos resultados, que la gente esté más o menos a gusto, contenta y que cuando vaya por ahí no le dé vergüenza decir: 'Estudié en el IES Doctor Fleming'.
–Llegan al millar y medio de alumnado. ¿Muchos problemas entre tantos estudiantes?
–Cuando estuvo aquí el Premio Princesa de Asturias Jeffrey Gordon, me preguntó que cuántos alumnos había. Se sorprendió porque había una cantidad bastante notable. De hecho, somos, no sé exactamente, el segundo centro de público más grande de Asturias y en complejidad probablemente el más complejo. Y me preguntó también franjas de edades. Le dije que iban desde los 11 hasta los 64 años. Quedó sorprendido y pensó que yo no le había entendido bien la pregunta en inglés. Y es que van de 11 a 64 años. Tenemos desde adolescentes muy pequeños hasta gente que está estudiando ciclos formativos que tienen sesenta y tantos años, que están buscando una última oportunidad, a lo mejor, para trabajar en una determinada línea.
–¿Cómo se trabaja con ese abanico tan amplio?
–Tratando de diferenciar las cosas. Es decir, cuando te encuentras a un alumno de 50 años utilizando el teléfono móvil y has dicho que el móvil en el centro no hay que utilizarlo, ¿reaccionas igual que si encuentras a uno de 12? No reaccionamos igual, son personas distintas. Lo que tratamos es de mantener unas normas de base, pero también de ser flexibles de acuerdo con esa variedad de edades.
–Estos alumnos de más de 50 años, ¿son acogidos o son vistos de forma diferente?
–Hay ambientes distintos. En el edificio histórico del Fleming hay Bachillerato y ciclos formativos y es donde te puedes encontrar con gente de más edad. La gente de Bachillerato no suele relacionarse con la de los ciclos formativos. La gente de 50 o más tienen una relación entre ellos. No se mezclan, pero conviven en el mismo centro.
–La Inteligencia Artificial es muy demandada.
–Tenemos un ciclo de Inteligencia Artificial y Big Data que va fenomenal, tiene una acogida tremenda. La demanda ha sido del doble sobre el número de plazasen los cursos de especialización. Este es un curso de especialización para egregados; es decir, alumnado que han terminado el ciclo formativo de grado superior. Está de moda.
–Desde la Administración se ha reforzado el mensaje de que la FP es buena. No todos los chicos tienen que ir a la Universidad. ¿Qué opina?
–Yo creo que era una demanda desde hace muchos años. Teníamos, tal vez, un exceso de alumnado en carreras universitarias y había un cierto defecto de alumnado en ciclos formativos de grado medio. Las empresas están demandados mucho, a lo mejor no en todos los campos, pero en una gran parte de los campos hay trabajo. Nos llegan muchas ofertas de trabajo que transmitimos a los departamentos. Hace falta una cualificación intermedia.
–¿Cómo está de profesorado el IES? Les falta un profesor.
–Sí. En este momento tenemos un problema dentro de la familia de Informática y Comunicaciones. Nos falta un profesor desde principios de octubre, se jubiló el que había y no acaba de cubrirse. Hay una bolsa de personas inscritas que teóricamente están interesadas en acceder a la enseñanza como interinos; pero son bolsas fantasmas.
–¿Por qué?
–Cuando tú tienes 74 personas inscritas en una bolsa, les ofertas un puesto de trabajo –vamos en la séptima u octava convocatoria– y no lo coge nadie... ¿Eso qué es? Hay nombres, pero si estuviesen en blanco, el resultado sería exactamente el mismo. El otro día también hubo una queja en esa línea por parte de la Universidad, porque no se encontraban profesores de Informática. Es verdad que tienen un índice de empleabilidad muy alto; están trabajando en empresas y, por tanto, el campo de la enseñanza se está quedando un poco desierto. Cuando te encuentras una situación de este tipo creo que una buena gestión es ponerle imaginación a las cosas... Voy a tratar de ser lo más suave posible: si la administración hace lo mismo que viene haciendo desde hace siete u ocho convocatorias, los resultados muy probablemente serán los mismos. Con lo cual, quien tenga las competencias para ofertar, para contratar, a veces tiene que poner algo de imaginación. Y la imaginación a veces pasa por bordear los obstáculos y no quedarte en frente de ellos sin moverte. Nosotros hacemos todo lo posible dentro de nuestras posibilidades: hay gente que está asumiendo horas por encima de sus posibilidades para tratar que el alumnado tenga la menor incidencia negativa posible; pero, necesitamos gente, que esa plaza se cubra.
–¿Y cómo se puede utilizar la imaginación?
–Primero, actualizar bolsas de interinos que las han actualizado hace muy poquito tiempo y lo llevamos pidiendo desde hace casi dos meses. Segundo, a lo mejor tienes que pensar en contratar a expertos como te deja la puerta abierta un real decreto –el 659 del 23–, cuando te encuentras que las listas de interinos están vacías, y este caso es como si lo estuviesen. Entonces, a lo mejor tienes la posibilidad de ir y contratar a algún experto incluso hasta que no tenga titulación o sacar la oferta fuera de Asturias. ¿Por qué no se saca?
–¿Se enfrentan a más jubilaciones en el instituto?
–Sí, en enero vamos a tener otra jubilación de la misma especialidad. Así que, insisto, cuando tengo un problema y llevo tiempo haciendo lo mismo con el mismo resultado, solamente se me ocurre buscar otras soluciones.
–¿Cómo ve la nueva PAU?
–He visto modelos de exámenes, por lo menos de mis materias, que son de Física y Química, y tal vez hay alguna pregunta más de razonamiento y análisis de gráficas, pero tampoco veo tanta diferencia. Y hay mucha optatividad, por lo tanto, la veo bastante asequible.
–¿No cree que las notas de los exámenes de acceso a la Universidad han sido muy altas en los últimos años?
–A veces es difícil de entender que el porcentaje de chicos y chicas que superan la EBAU sea del noventa y algo por ciento. Pero resulta que llevamos un montón de años en carreras como ingenierías, Química o Física con cursos cero, en los que el profesorado a veces se queja de cómo le llegan los alumnos. Yo me pregunto, pero si superan la EBAU, la PAU a partir de ahora, más del 90% con unos índices de aprobado por materias bastante importantes, teóricamente deberías de pensar que están bien preparados, ¿porque los cursos cero? Hay algo ahí que no parece del todo coherente. A lo mejor son necesidades de la sociedad, que es necesario dar para adelante.
–Ahora parece que muchos quieren ser médicos o ingenieros.
–O titulados con la doble titulación de Matemáticas y Física, o biotecnólogos. Como en todo hay modas. Hace unos años muchísima gente quería ser forense. ¿De dónde venía? A lo mejor de alguna serie de televisión. Ahora es verdad que el índice de empleo de algunos estudios es muy alto: por ejemplo, el doble grado de Matemática y Física.
–Y también es muy exigente.
–Claro. Como tiene muy buena fama a los chicos con un buen historial académico, les atrae. ¿Médicos? Médicos también, pero también es cierto que tenemos mucha necesidad de médicos.
–Salud mental. En los años 80 y 90 en los colegios nadie hablaba de ella.
–Eso no significa que no hubiese problemas, simplemente que no se hablaba de ellos. Es uno de los mayores problemas que nos estamos encontrando, pero no solamente en los centros educativos, sino en la propia sociedad. Los datos de ingresos diarios en la unidad de Psiquiatría del HUCA son alarmantes o el índice de suicidios tan elevado que hay en Asturias. Creo que hay un problema, que la sociedad es consciente de que está habiendo un problema, pero que tampoco sabemos darle una solución.
–¿Desde el instituto tienen algún tipo de política para enfrentar este problema?
–Creo que con los chicos hay que hablar mucho. A veces lo que nos falta –no solamente desde los centros, sino a veces desde las propias familias– es hablar más con los chicos para que ellos vean esa oportunidad para poder abrirse. A veces, si miras, puedes ver en un recreo a un chico que está solo siempre, pues a lo mejor hay que preguntarle a ver qué está pasando. O te encuentras a una chica sentada sola en el aula, a lo mejor tienes que interésate por ello. Creo que tenemos que hablar más.
–¿Y qué se hace desde el centro?
–Tratamos de hacer seguimientos permanentes y a través de los planes de acción tutorial. Ver si detectamos algunos casos que puedan ser problemáticos. Pero también creo que es un problema mucho más amplio, es un problema social. A veces tratas de acondicionar el centro para lograr el bienestar de los chicos; pero los chicos están seis horas en el centro y después se van a otros lados. Si aquí, –hablo de las franjas más jóvenes–, decimos que no utilicen el móvil, fuera muchos de ellos lo van a utilizar y lo harán bien o mal o regular. Entonces, los centros intentamos hacerlo lo mejor posible; pero el problema es mucho más general. Creo que quienes tenemos que afrontarlo es la sociedad en conjunto, creo que está fallando eso que decíamos de la tribu, que la tribu no está educando bien.
–¿Ha afrontado muchos problemas de acoso en el instituto?
–Sí hemos tenido alguno. Este año todavía no hemos detectado ninguno. En todas las reuniones que tenemos del equipo directivo, hay un tema que yo siempre saco y es: seguimiento de alumnado, si estamos detectando algún caso de acoso, indicios de suicidio, etcétera. Por el momento no hemos detectado nada. El año pasado sí hemos detectado algo, se ha intervenido y eso no significa que, digamos, la concepción que tienen los alumnos haya cambiado. Se ha intervenido para tratar de garantizar el bienestar en el centro; pero es muy difícil cambiar a veces la concepción, la mentalidad de la gente.
–Actúan en el caso concreto, pero cambiar mentalidades es otra cosa...
–Lo que tratas es de cambiarle la idea a los chicos. Es decir, si hay algún chico o chica que es el causante de un tema de acoso lo que tratas es de que reconozca que su actitud o sus acciones llevan al acoso. Es muy difícil eso. Tú puedes corregir a nivel sancionador, puedes alejar, puedes poner una serie de medidas por el medio, pero cambiar la mentalidad es muy complicado.
–Cuando dice que hubo algún caso el año pasado, ¿a cuántos se refiere?
–Un par de casos.
–¿Se respeta al profesor hoy en día? ¿Hay faltas de respeto?
–Hay de todo, son muchas semanas las que tenemos por delante en el curso. Cada semana tiene cinco días y cada día son seis horas con un profesor distinto, es muy probable que surjan problemas. Claro que hay, a veces, situaciones de faltas de respeto. Lo que tratamos es evitarlas y, en todo caso, si se dan corregirlas. Lo que sí tengo que decir es que, en general, el comportamiento de nuestros chicos y chicas suele ser bastante bueno.
–Las redes son imposibles de controlar. ¿El teléfono es el mayor enemigo?
–El teléfono es como un martillo, lo puedes utilizar para bien y para mal. El problema es cuando pones un teléfono con acceso a internet en manos de chicos excesivamente jóvenes, igual no hace el uso más adecuado y utilizan las redes para lo que no deben utilizarlas. ¿Tú garantizas que un chico de 12, 13, 14 años va a hacer un buen uso? Yo no te lo garantizo. Yo no te garantizo que no entre en la red para criticar a un compañero, para sacar una foto y colgarla. Eso no lo garantizo. Tenemos que predicar con ejemplo. Estamos en una profesión que como no prediquemos con el ejemplo, mal. Y el ejemplo no solamente lo damos nosotros, lo dan las personas cuando salen a la calle, lo dan las familias, lo dan los amigos. Como no haya unas actuaciones ejemplarizantes por parte de todos, es muy difícil cambiar las cosas.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Estos son los mejores colegios de Valladolid
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.