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La comisión para ordenar los terrenos del antiguo Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) es bilateral. Se constituyó hace diez días con presencia de representantes del Principado y del Ayuntamiento y bajo la promesa de que la Universidad de Oviedo se incorporará cuando obtenga la ... titularidad de los antiguos edificios de Maternidad, Consultas Externas y Silicosis –propiedad de la Tesorería General de la Seguridad Social y que se transformarán en facultades–. El Ejecutivo regional quiere involucrar en esta importante ecuación al Ministerio de Inclusión al ser propietario mayoritario de los terrenos: «Es necesario que se implique en su parte».
Así lo afirmó el portavoz del gobierno, Guillermo Peláez, durante el Pleno celebrado en la Junta General del Principado. Explicó que están trabajando para «ofrecer soluciones que hagan atractiva» la vuelta del Estado a esta operación tan vital para el futuro de Oviedo.
Hay que recordar que tanto la Tesorería General de la Seguridad Social como el Ministerio del Interior ya participaron en el Plan de El Cristo y luego, abandonaron por su cuenta la operación. La primera lo hizo al caducar el acuerdo alcanzado en 2006 con el que fuera presidente del Principado, Vicente Álvarez Areces, para la permuta de los derechos urbanísticos de El Cristo y el Hospital Monte Naranco a cambio del 20% del aprovechamiento terciario de la operación del viejo hospital. Todo se debía hacer en un marco temporal de siete años; si bien, llegó el verano de 2013 sin que se produjera movimiento alguno. Una situación que provocó, según recordó ayer Peláez en sesión parlamentaria, que la Seguridad Social actualizase «la valorización de los derechos de superficie». Casi al mismo tiempo, el Ministerio de Interior descartó la construcción de un nuevo cuartel de Buenavista.
Unos pasos que echaron al traste la operación, pero el Principado no tira la toalla. Ahora confía en que representantes del Estado se reincorporen en la mesa de trabajo porque su objetivo es «lograr una recuperación íntegra de los terrenos». «Es una prioridad dar un futuro a todo el viejo HUCA y en estos diez años no hemos parado de trabajar», aseguró Peláez.
Una labor administrativa que, sin embargo, no se ha transformado en hechos. El primer paso por delante, ejecutar los derribos de los edificios que presentan «daños estructurales»; tanto el proyecto como la memoria y los pliegos ya están redactados y están siendo analizados estos días por los «órganos de control interno» para ser debatidos en el Consejo de Gobierno y sacar el contrato a licitación por 7 millones de euros. El plazo de adjudicación se espera de siete meses y el de ejecución, once meses.
¿Cuándo empezarán los trabajos? «Entre de este año o principios del que viene», detalló el consejero, quien añadió que mientras trabajan en este contrato continúan teniendo conversaciones con la Seguridad Social. «No renunciamos a nuestra responsabilidad de recuperar íntegramente la parcela de El Cristo-Buenavista; es compatible hacer ambas labores».
Sin embargo, estas justificaciones no convencieron al diputado de Vox Gonzalo Centeno, quien acusó al Principado de «haber fallado en su papel coordinador» porque en esta década «no han sido capaces de ponerse de acuerdo con la Seguridad Social y con el Ayuntamiento».
También se mostró crítico con que la prioridad del Ejecutivo haya pasado de ser «un plan integral anunciado a bombo, platillo y fanfarria» con un mix de usos «universitarios, terciarios y residenciales con ochocientas viviendas a demoler los edificios» .
¿La razón? Los pliegos han sido modificados en las últimas semanas para adecuarse a las normas de la economía sostenible reutilizando todos los materiales. Un paso que lo «único que ha provocado es el engorde de los costes» porque en el presupuesto regional de este año se incluyó una partida de 1,9 millones de euros –corresponde a la ejecución de los trabajos programada para este año– y el cómputo de los once meses de trabajo se espera de 7 millones. «La esquizofrenia ecosostenible lo único que hace es vaciar bolsillos. En el proyecto inicial se preveía la venta de viviendas como parte de financiación de toda la obra, ahora nos dice que la valoración de los residuos que se pueda recuperar tendrá un impacto positivo en el coste de la obra. Es decir, vamos a financiar la demolición con venta de chatarra».
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