«Primó la estética y lograr mayor aforo y dejaron a un lado la seguridad»

CSI sostiene que en el proyecto del Auditorio se «primó de manera consciente la estética y la búsqueda del máximo aforo posible, dejándose a un lado el cumplimiento de la normativa aplicable que sin duda hubiera condicionado y limitado estas premisas de manera sustancial». Como resultado, solo el 20% del aforo calculado por los técnicos, de 4.300 personas, podría ser evacuado por las escaleras de emergencia.

Como resultado final, CSI asegura que «se pagó con dinero público por unas obras chapuceras» y «un edificio que no cumplía con la normativa», lo que, a su juicio, «evidencia una clara malversación de dinero público y una clamorosa negligencia criminal en materia de seguridad al permitir su ocupación». Señala como responsables a «gobiernos políticos sin escrúpulos y técnicos municipales corruptos apostándolo todo a la diosa fortuna» para que no hubiese un accidente. CSI apunta que se contrataron planes de autoprotección «ficticios y falsos para ocultar» los defectos y obviaban «algo tan esencial y fundamental como el mantenimiento periódico» de las instalaciones contra el fuego. «¿Todo ello a cambio de qué?, ¿cuánto dinero se ahorró o se malgasto indebidamente?, ¿qué benefició reportó a quienes callaron?», se pregunta el sindicato.