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A. ARCE
OVIEDO.
Miércoles, 13 de abril 2022, 01:07
Igor Postolache, el moldavo de 32 años acusado de asesinar brutalmente a Erika Yunga, de 14, el martes pasado, ingresó ayer en el Centro Penitenciario de Asturias de manera provisional, comunicada y sin fianza a la espera del juicio por la atroz muerte de la ... menor. Finalmente, y tras una semana hospitalizado en el HUCA recuperándose de las veinte puñaladas que se asestó a sí mismo, ya está entre rejas.
Llegó pasadas las cuatro y media de la tarde, según confirmaron fuentes penitenciarias, trasladado en un furgón de la Guardia Civil. No necesitó una ambulancia a pesar de que tan solo hace siete días ha sido intervenido de urgencia por las graves lesiones autoinfligidas en el cuello, tórax y manos, e ingresado finalmente en la UVI, de donde le dieron el alta ayer. Tras hacerle la filiación y ser reconocido por los servicios médicos del centro penitenciario, se decidió su ingreso en el módulo de enfermería, para un mejor control de las heridas que padece. Además, según pudo saber este diario, se le ha aplicado el protocolo de prevención de suicidio y puesto un interno de apoyo.
La magistrada del Juzgado de Instrucción número 2 de Oviedo le imputa sendos delitos de asesinato e intento de agresión sexual por los que podría enfrentarse a la prisión permanente revisable.
Del mismo modo, y según aseguraron ayer a este diario fuentes cercanas a la familia del ahora encarcelado, Igor Postolache, que ya se había negado a declarar ante la jueza el pasado viernes, después de que esta se trasladase al hospital para interrogarlo, también ha rechazado su derecho a contar con la representación legal de un abogado particular o de oficio. De seguir sin letrado, se le asignaría uno antes del próximo proceso judicial que, según la naturaleza y características del caso, se llevaría a cabo ante un jurado popular.
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Diez minutos fue el tiempo, tal y como adelantó EL COMERCIO en exclusiva, en el que sucedió el crimen. Ese es el intervalo que transcurrió desde que Erika llamase al portero automático de la cuarta planta del número 69 de la calle Vázquez de Mella, en Vallobín, donde la esperaba su padre y hermano, hasta que este fuera a buscarla ante su tardanza. Diez minutos en los que a Igor Postolache, supuestamente, le dio tiempo, tras esperar a la menor en el portal, a apuñalarla en las escaleras y arrastrarla hasta su piso, el 1º E, un pequeño apartamento alquilado.
Ya allí, se atrincheró con el cuerpo de la niña, que aún mantenía un hilo de vida cuando llegaron los agentes de la Policía Nacional, que tuvieron que acceder a la vivienda a través de una ventana del patio trasero, y comenzó a asestarse puñaladas. También terminó con lesiones en la cara, aunque estas pudieron ser producidas cuando Erika trató de defenderse.
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