El portal del edificio donde vivía Tatiana Coinac. E. C.

La Policía reconstruye el crimen de Tatiana Coinac

El presunto autor del homicidio de la escort moldava es un exmilitar de 36 años con antecedentes y vecino de Pola de Lena

A. Arce / A. Fuente

Oviedo

Miércoles, 31 de mayo 2023, 03:35

Anteayer al mediodía, la Policía Nacional organizó un amplio despliegue en Pola de Lena para detener al presunto asesino de Tatiana Coinac, 'Tania', la mujer moldava de 44 años cuyo cadáver fue hallado por los agentes el pasado 12 de marzo en la bañera de su piso de la calle Ámsterdam con indicios de haber sufrido una muerte extremadamente violenta. El homicida había acabado con su vida, supuestamente, tres días antes.

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Después de dos meses y medio de investigación, las pesquisas finalmente han conducido a la detención del presunto autor gracias a que este, a pesar de que se esforzó al máximo para lavar el cuerpo de la víctima tras el brutal crimen y borrar posibles indicios, sí dejó huellas dactilares y restos biológicos en la vivienda. El detenido es un exmilitar de 36 años, con antecedentes y cesado de sus funciones hace años, y vecino de Pola de Lena.

Pasará hoy a disposición del Juzgado de Instrucción número 3 de Oviedo después de que los agentes acudiera nuevamente al piso de Tatiana Coinac la tarde del pasado lunes, tal y como confirmaron a este diario fuentes cercanas al caso, para realizar una última reconstrucción del crimen.

De las arduas investigaciones se han encargado los especialistas de homicidios y tratamiento de la escena del crimen de la Comisaría General de Madrid. Ellos mismos fueron los encargados de peinar a fondo el piso de Tatiana Coinac en busca de pistas después de que los agentes de la Jefatura realizasen las primeras intervenciones. Llegaron a la ciudad el pasado 14 de marzo, dos días después de hallar el cadáver -este permaneció diez días más en el Instituto de Medicina Legal, donde el forense ratificó que la muerte había sido violenta-.

La fallecida ofrecía servicios de escort en su piso del número 1 de la calle Ámsterdam. Allí atendía a sus clientes y su verdugo, presuntamente, era uno de ellos. El último. En ese sentido, tal y como anticipó EL COMERCIO, la principal línea de investigación de la Policía Nacional siempre ha sido que el asesino se trataría de uno de los clientes de la mujer. En el caso del exmilitar, los agentes consideran que la hora a la que este dejó el piso coincidiría con la del fallecimiento. Había llegado al barrio en coche un rato antes.

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Al tratarse de un cliente al que Tatiana esperaba -se habría comunicado con ella previamente para agendar el encuentro-, los investigadores creen que fue ella la que le permitió acceder al domicilio. No obstante, fue dentro del piso donde se desató el horror. Al parecer, el autor del homicidio obligó a la escort a vestirse de colegiala, con ropa interior a juego, y «la ató a la cama, donde le enrolló al cuello una funda de almohada», según apuntó el diario 'El Debate' pasados unos días del crimen. Después de matarla, arrastró el cadáver a la bañera, donde lo lavó minuciosamente. La encontraron con siete costillas rotas y con indicios de haber sufrido una agresión sexual.

En las pesquisas ha sido crucial la aparición de huellas dactilares y restos biológicos en la escena del crimen. También los tres teléfonos móviles que manejaba la moldava. Uno de ellos era su terminal de uso personal y los otros dos, los que utilizaba para gestionar las citas diarias. Se anunciaba en páginas de contactos como masajista o escort. Llevaba más de una década viviendo en Oviedo y en su barrio, donde aseguraba a sus conocidos que trabajaba en un centro de mayores del Naranco, nadie sabía a qué se dedicaba realmente.

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