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J. C. A. / S. S. F.
OVIEDO.
Domingo, 1 de marzo 2020, 02:29
Sin agobios, pero también sin las protecciones antiterroristas ni las vallas para acotar todo el recorrido ya habituales en la Cabalgata de Reyes o para proteger San Mateo, el desfile de Carnaval se celebró ayer sin incidencias en el trayecto que llevó a los participantes ... desde la plaza de los Ferroviarios hasta la de la Catedral. Agentes de la Policía Local, Nacional, voluntarios de Protección Civil, ambulancias y seguridad privada velaron para que todo saliese según lo previsto.
El punto más conflictivo del desfile de Carnaval, donde la estrechez de la acera suele impedir pasar a los espectadores es la esquina de Uría con Fruela, junto al edificio de la Junta General. Ayer no hubo agobios. En el resto del trayecto, calle Pozos, Ramón y Cajal, Porlier y plaza de la Catedral, pese a la cantidad de público, el plan de autoprotección funcionó sin tener que activar medidas como el cierre de la plaza, algo que se roza y acostumbra a preocupar a las fuerzas de seguridad en los conciertos grandes de San Mateo.
Desde la misma plaza se controlaron todos los detalles del desfile. Hasta allí se movilizaron efectivos del Servicio de Extinción de Incendios y Salvamento (SEIS) junto a personal sanitario y los responsables del plan de seguridad.
El Ayuntamiento programó tras el desfile un concierto, lo que obligó a extender las medidas hasta más allá de la hora del cierre de esta edición.
Por la noche, tras el negro antecedente del Carnaval pasado que se saldó con sendas agresiones en la calle Rosal y la plaza de la Catedral, la Policía Local reforzó su presencia en el Antiguo. También preocupan las últimas algaradas registradas en la parte vieja. La más reciente, el ataque a dos hombres hace dos semanas cuando salían de un pub en la calle Canóniga y que esta semana la Policía Nacional ha acabado por resolver con la detención de los dos implicados. Así en coordinación con la policía estatal, la concejalía de Seguridad Ciudadana ha diseñado un dispositivo policial especial. Veinticinco agentes patrullaron por toda la ciudad y y más de treinta controlaron las zonas de fiesta. Otra de las ocupaciones de los agentes en fiestas masificadas es el botellón que se concentra en las plazas del Antiguo. Los agentes tienen la misión de garantizar la diversión y el derecho al descanso de los vecinos..
El dispositivo municipal de refuerzo para controlar la seguridad ascendía a 25 agentes hasta la noche, cuando se establecerían puestos de vigilancia en los puntos conflictivos.
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