Borrar
Uno de los miembros de la brigada estudia unas huellas en el laboratorio. Mario Rojas
EL COMERCIO acompaña a la Policía científica de Oviedo

«Nos metemos en la mente del malo para tratar de averiguar dónde ha podido dejar sus huellas»

EL COMERCIO acompaña a la Brigada Provincial de Policía Científica: «Los delitos más comunes son los robos y muy de vez en cuando hay homicidios»

Alberto Arce

Oviedo

Domingo, 30 de marzo 2025, 12:47

Un agente de la Policía Científica tiene dos tareas fundamentales cuando accede a la escena de un crimen: Detectar qué hay allí que antes no estaba y –esto es más complicado– qué había que ya no hay. Parece un acertijo, pero no es más que otra manera de formular lo que Locard enunció en 1920 como la teoría de la transferencia y que se resume en que cuando existe contacto entre dos objetos, se puede establecer y verificar posteriormente. Esto es así porque todo deja un rastro, por mucho que en ocasiones sea minúsculo y casi imposible de encontrar, y aunque el criminal trate de borrarlo.

De hacer visible lo invisible se encargan la inspectora jefa Cándida Vicente y los hombres y mujeres que tiene bajo su mando en la Brigada Provincial de Policía Científica de Oviedo, una de las mejor preparadas de todo el país. Su trabajo, asegura, «meternos en la cabeza del malo y pensar dónde ha podido tocar, si se ha dejado olvidada una herramienta (utilizada, por ejemplo, para entrar por la fuerza a una vivienda), si cuando ha entrado en un lugar se ha cortado...». Y ahí empieza la minuciosa búsqueda de vestigios. Dos, en particular: huellas dactilares y muestras de ADN.

Dos agentes de la Brigada Provincial de Policía Científica de Oviedo acceden al sótano de una vivienda. Mario Rojas / A. A.

Las huellas las sacan a la luz a través de diferentes reactivos, que utilizan en función de la superficie. Luego la fotografían y las meten en un sistema que la lanza a una base de datos en la que aparecen todas las personas que han sido detenidas con anterioridad. «El sistema te ofrece cincuenta candidatos y el analista es quien se encarga de estudiar la huella para evaluar si determinados puntos coinciden con los de la persona detenida». Si es un hecho grave, continúa la inspectora jefa, esa búsqueda se hace a nivel europeo y en casos, por ejemplo, de terrorismo u homicidios, «se lanzaría vía Interpol».

Dentro de la Policía Científica de Oviedo hay dos grupos: el de Inspecciones Oculares y el de Identificación ABIS. Los primeros se encargan del tratamiento inicial de la escena del crimen y la búsqueda de vestigios. Lo hacen todos los días. Desde robos en viviendas o en establecimientos de hostelería –como los que se han producido últimamente en la ciudad para llevarse la recaudación de las máquinas tragaperras–, hasta homicidios como el del 'viejo Leo', el hombre de 67 años cuyo cadáver fue hallado en la cocina de un piso de la calle Fuente la Braña (La Corredoria) con una puñalada mortal en el corazón el pasado 20 de diciembre. El principal sospechoso, 'Oscarín', el paciente psiquiátrico que tenía a su cargo, está en prisión preventiva. Las muestras de sangre, dado que en Oviedo no cuentan con un laboratorio especializado para ello, las envían al de A Coruña.

La inspectora jefa de la brigada, Cándida Vicente, en su despacho. Las huellas dactilares, en el sistema del grupo de Identificación. Dentro del coche robado. Mario Rojas / A. A.
Imagen principal - La inspectora jefa de la brigada, Cándida Vicente, en su despacho. Las huellas dactilares, en el sistema del grupo de Identificación. Dentro del coche robado.
Imagen secundaria 1 - La inspectora jefa de la brigada, Cándida Vicente, en su despacho. Las huellas dactilares, en el sistema del grupo de Identificación. Dentro del coche robado.
Imagen secundaria 2 - La inspectora jefa de la brigada, Cándida Vicente, en su despacho. Las huellas dactilares, en el sistema del grupo de Identificación. Dentro del coche robado.

Los segundos se encargan de todo lo que tiene que ver con la identificación. Después, la brigada también cuenta con dos especialidades: documentoscopia y balística operativa. «Nuestro día a día», afirma Cándida Vicente, «es estar a requerimiento de lo que el ciudadano nos pida o los propios compañeros; nos pueden llamar por un robo, también actuamos en suicidios, desgraciadamente, y en delitos graves».

EL COMERCIO acompaña a los efectivos de la Científica en una jornada normal de trabajo. Primero, recogiendo huellas en un vehículo que ha sido robado; luego, simulando la entrada a una vivienda en la que se ha cometido un crimen. Asturias, enfatiza Vicente, «es una comunidad segura» y Oviedo, «una de las pocas ciudades donde uno tiene la percepción de que puede ir caminando tranquilamente por la calle sin que pase absolutamente nada».

Eso sí, también hay delincuencia. Principalmente, explica, «robos de pisos –con la llegada de algún grupo itinerante–, en interior de vehículos y muy de vez en cuando homicidios». Lo que no tienen, advierte, son casos sin resolver a excepción de algunos como el crimen de Salesas. En asuntos como ese, deja claro que «los grupos de investigación no lo dejan nunca». No sería la primera vez que un caso se resuelve años después. Las pruebas recogidas permanecen en la base de datos durante décadas y si se produce la detención de un individuo que haya dejado rastros en un crimen anterior, el sistema cantará la coincidencia.

Inteligencia Artificial

Para la Policía Científica, que cuenta con modernos algoritmos de reconocimiento, también se abre un futuro interesante gracias a nuevas realidades como la de la Inteligencia Artificial. «Con eso, para nosotros se va a abrir una vía maravillosa; en diez años todo esto va a cambiar por completo».

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elcomercio «Nos metemos en la mente del malo para tratar de averiguar dónde ha podido dejar sus huellas»