La plaza de toros de Oviedo estará rodeada de una barrera verde para mitigar el ruido

El Ayuntamiento pretende reformarla y convertirla en un recinto de usos múltiples, y celebrar en ella todo tipo de eventos, lo que transformará el actual silencio del coso en niveles indeseados de contaminación acústica. Si bien, el gobierno local ha pensado en ello y, para evitarlo, incluirá en el proyecto de rehabilitación una barrera verde que rodeará la plaza y actuará como muro natural contra el ruido.

De anunciarlo se encargó ayer, en declaraciones a este diario, el concejal de Urbanismo y primer teniente de alcalde, Nacho Cuesta. «El conflicto se plantea fundamentalmente con el uso sanitario que tienen actualmente las parcelas del entorno de la plaza». Un uso «que se va a modificar en la revisión del PGO para El Cristo» y que se decide en el ámbito del plan del antiguo hospital entre las administraciones implicadas, enfatizó.

Sin embargo, lo que más preocupa es la parte que toca al sueño y la tranquilidad de los residentes de Buenavista. En ese caso, anticipó, «y al igual que en otros puntos de la ciudad, el espacio libre y las zonas verdes que se van a mantener rodeando la plaza de toros, y que incluso se van a ampliar de manera muy sustancial en el nuevo planeamiento, funcionarán como zona de transición para resolver cualquier eventual conflicto entre usos», concluyó.

Los redactores del mapa de zonificación acústica, encargado a la empresa especializada Cecor, recomendaron la creación de esos espacios específicos para salvar las reticencias que impone la norma. Es decir, la construcción de «espacios libres de edificaciones y estancias que posibiliten el cumplimiento de los objetivos de calidad acústica en las zonas de mayor sensibilidad», que se traducirían hasta en trece decibelios por encima de la norma en el caso concreto del coso. Ahora bien, también avisaron de que la definición de estas transiciones «no siempre es sencilla», puesto que en muchos casos requiere de una reordenación del suelo urbano consolidado.

La junta de gobierno local aprobó hace poco menos de dos semanas la zonificación acústica tras desestimar las alegaciones de una decena de colectivos vecinales y hosteleros y de incluir, además, el monumento de Santullano y la fábrica de gas en la categoría de «territorios que requieren especial protección contra la contaminación acústica» para blindarlos contra el ruido provocada por el tráfico de vehículos.

El Consistorio, en ese sentido, sigue dando pasos para tratar de solucionar la problemática acústica del concejo, pero el marco de actuación es antiguo y está muy limitado. La ciudad carece desde 2003 de una normativa específica acerca de actividades molestas salvo una resolución parcial que regula a los bares de copas del Oviedo Antiguo y algunas zonas de El Cristo y el ensanche. El objetivo es incorporar la zonificación a la futura ordenanza del ruido (la actual, en revisión, data de 1993 y las multas que contempla aún están señaladas en pesetas) y al nuevo Plan General. El problema de la contaminación acústica en la capital asturiana no es algo menor. Tal y como concluyeron desde Cecor, «en Oviedo, la mayoría de los conflictos encontrados se localizan dentro del suelo urbano consolidado».