Madre de Sergio, fallecido antes de cumplir los trece años por esta enfermedad, es una de las fundadoras de la asociación Galbán, que ofrece apoyo psicológico, de trabajo social y educativo a familias que sufren el mismo proceso
Pilar Torollo acaba de salir de la revisión de Oncología y su teléfono no para de sonar, preguntándole por la consulta. Todo ha ido bien. Cada tres o cuatro meses pasa lo que muchos pacientes de cáncer llaman coloquialmente la 'ITV'. Lo habitual es que ... al salir del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) vaya a la sede de la asociación Galbán en la calle Méjico, esquina con Chile. Ella es una de las socias fundadoras de esta entidad que ayuda a las familias de niños con cáncer, una situación que vivió en primera persona con su hijo mayor, Sergio, fallecido poco antes de cumplir trece años.
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'Pili', como es conocida, nació en Ventanielles en 1959. Hija de Manuel y Delfina, fue al colegio de la zona y se crió junto a sus primos. «El barrio era una ciudad sin ley; vivíamos en la barriada que cayó cuando el aparcamiento del Palacio de los Deportes y los vecinos eran mis tíos. Tuvieron siete hijos y las puertas de nuestras casas solo se cerraban por las noches».
Pasó su infancia jugando en las calles del barrio. «Solo subíamos a casa a comer y estudiar», recuerda de esta época tan feliz. Pasó por el instituto Pérez de Ayala y llegó un momento en el que dijo a sus padres que «no quería seguir estudiando». Así empezó a trabajar en Calzados Mami, aunque a los dos o tres meses cambió de opinión. «Hice Secretariado en una academia privada y justo antes de terminar me ofrecieron un puesto de trabajo de administrativa». Acabó sus estudios y luego hizo el Bachillerato nocturno en el Aramo. Fue un sacrificio personal compatibilizar ambas tareas.
Además, entremedias, conoció a su marido, Óscar Martínez. Se casaron y tuvieron dos hijos, Sergio y David. El más mayor era un apasionado del kárate. Ya tenía el cinturón azul, recuerda su madre, cuando se apuntó a lucha. Un día se quejó de que «le habían dado un golpe» y tenía una molestia donde las costillas. Este dolor no se iba hasta que un día la llamaron del colegio y le dijeron que su hijo estaba enfermo. Fueron al centro de salud en dos ocasiones y a la segunda ya les mandaron a Urgencias. Tenía un tumor de Askin.
Durante el primer año de tratamiento -de junio a junio- estaba una semana «ingresado y otra en casa». Todo iba bien y cumplieron la promesa de ir a Port Aventura en tren. Sergio sufrió fuertes dolores durante todo el viaje y el mismo día de la vuelta fueron al hospital. Falleció en enero.
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Durante todo este tiempo vieron que había carencias en aquellos servicios donde no llegaba la Seguridad Social, lo que les hizo crear la asociación Galbán. «Faltaba todo lo que tenemos ahora: psicólogos, trabajadores sociales, voluntarios,...». Todo se paralizó cuando le diagnosticaron a ella un cáncer, pero lo retomaron en 2001. «Nos juntamos por primera vez en una sala de Maternidad del HUCA y teníamos 200 euros de fondos».
Desde entonces han pasado treinta años, donde la asociación ha crecido. Torollo ha pasado por diferentes puestos como la vicepresidencia y la presidencia. Ahora, tras pasar una recaída en su enfermedad, es la tesorera y una de las almas de esta organización que se desvive con las familias. Todo ayuda en uno de los momentos más difíciles.
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