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alberto arce
Domingo, 29 de noviembre 2020, 15:51
Los efectivos del Servicio de Extinción de Incendios y Salvamento (SEIS) de Oviedo se encuentran en estos momentos extinguiendo un aparatoso incendio en el número 19 de la calle Teodoro Cuesta del barrio de Ciudad Naranco. Al parecer, según las primeras investigaciones, las llamas ... se originaron en el segundo piso y de ahí pasaron al patio de luces. El suceso, que comenzó pasadas las tres menos cuarto de la tarde, ha causado un gran revuelo en el barrio, obligando al desalojo de una treintena de vecinos.
Los facultativos atendieron 'in situ' a una docena de vecinos en las inmediaciones del edificio para detectar posibles cuadros de intoxicación. Por el momento, dos de ellos han sido traslados de inmediato al Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA). Una señora de avanzada edad que se cayó al suelo en el portal mientras huía de las llamas y el inquilino del 2º H, que salió de su casa con la cara negra por el humo y «el pelo quemando», según los testigos. Tan solo hacía un día que se había mudado a ese piso.
El jefe del turno 5 de Bomberos, Ricardo Estévanez, ha asegurado que «hay dos viviendas completamente destrozadas, la del 2ºH y la superior». El piso estaba lleno de cajas, lo que hizo que el incendio se propagase rápido, ha afirmado. Debido al calor, ha comentado, «estallaron todos los cristales». El inquilino intentó apagar el fuego por sí mismo y tiene pequeñas quemaduras. Una tercera vivienda también resultó afectada en el bloque.
El operativo, amplio, llegó rápido, mientras los vecinos aún no habían terminado de bajar de sus domicilios para esperar a las autoridades en la calle. Al menos cuatro patrullas de la Policía Nacional, tres camiones de Bomberos y varias dotaciones de la Policía Local se movilizaron. Afortunadamente, la cosa no fue a mayores. Pasadas las 15.30, los efectivos se encontraban ventilando el edificio.
En ese sentido, el humo sobresalía de la azotea, lo que en un primer momento hizo pensar a los efectivos que se trataba de un incendio en las viviendas más altas. Tras hacer el reconocimiento con la autoescala, en la que dos efectivos montaron hasta lo alto de la fachada, comprobaron que el peligro no estaba arriba sino abajo.
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«Yo estaba en la cama, escuché gritos y un chico joven del edificio me estaba llamando a la puerta para que saliese de casa», ha relatado una de las vecinas del cuarto, Elena Vázquez, que no tuvo más tiempo que para coger su bata rosa y sus zapatillas y bajar rápidamente a la calle. «Fue ahí cuando lo ví, reventaron los cristales y había llamas en el patio».
«Abrí la ventana y vi que una sábana que tenía colgada en el tendal se me estaba quemando. El patio estaba ardiendo, fue un susto tremendo», ha matizado, a su vez, la vecina del segundo, Deysi Méndez.
Los instantes previos a la llegada de los efectivos del SEIS fueron dramáticos. El primero en bajar fue uno de los vecinos del segundo mientras trataba de avisar al resto. «Salid todos de casa», exclamaba y comenzó a llamar a todos los timbres de las viviendas, «¡qué se está quemando el edificio!».
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