Secciones
Servicios
Destacamos
JUAN CARLOS ABAD
OVIEDO.
Domingo, 15 de noviembre 2020, 00:29
Es mediodía en la Cocina Económica. En el interior, las Hermanas de la Caridad se afanan en preparar bolsas. Hasta trescientas con almuerzos y cenas. En el exterior, la cola llega hasta el Conservatorio y se mezcla con los estudiantes equipados con sus instrumentos ... a la espalda. Misma pose que los repartidores de comida. Lo que se ha venido a llamar 'trabajadores pobres'. Aquellos que llevan su pedido del restaurante de moda no tienen para comer. Sirva la fotografía que ilustra este reportaje para darse cuenta de la brutal ironía.
La pandemia ha disparado los comensales de la casa de beneficencia y ha puesto en alerta a las administraciones. El Ayuntamiento solo en lo que va de año ha movilizado nueve millones de euros destinados a paliar las situaciones de emergencia social. De hecho, el convenio recién reformulado con Cáritas, que gestiona el albergue Cano Mata para personas sin hogar, se verá incrementado de cara a 2021 más allá de los 900.000 euros con los que fue renovado.
En total, son ocho millones y novecientos mil euros destinados por la Concejalía de Servicios Sociales. Solo en el plan Oviedo Contigo, puesto en marcha en los primeros días del confinamiento, allá por marzo, se han invertido 2,5 millones.
Son cifras que resultan frías al acercarse a la cola de la Cocina Económica o a la hora de charlar con una persona sin hogar. «Trabajaba en transporte, sin contrato, pero desde que llegó esto no me llaman» resuelve un comensal. La historia se repite. La pandemia ha hecho bajar un escalón a cientos de personas. De la necesidad a la extrema necesidad.
Enfrente de la Cocina se ubica la unidad de intercambio de jeringuillas para drogodependientes, donde los voluntarios tienen una doble vista sobre los clientes de ambos servicios. «Ves que la gente que venía antes a la Cocina Económica no es la misma que antes. Viene gente bien vestida, con familias», indican.
Por otro lado, acerca de los usuarios, todos tienen miedo al virus. «Vemos un repunte de personas que vienen a cambiar jeringuillas. Con el confinamiento bajó, pero ahora hay muchas más que antes», explican los voluntarios cansados de ver en las colas «gente en verdadera necesidad: con las mascarillas gastadas y sucias».
Mientras la parroquia aguanta el sol de otoño, en la sede de la Cocina Económica Sor Esperanza organiza su ejército de samaritanos. «De salud estamos bien, nos dicen que estamos benditos», ríe la responsable mientras carga un palé de leche. «Nos ayudan y ayudamos», resuelve.
Pero no es tan fácil. Tanto la Cocina Económica como Cáritas han lanzando un mensaje de ayuda a las autoridades. La pandemia aprieta a los que menos tienen. La concejala delegada de Políticas Sociales, Leticia González, reconoce las dificultades desveladas por el coronavirus.
«La ocupación del albergue va por semanas. Por ejemplo, en verano se llena porque cierra el de León», explica acerca de la presión de un centro que desde los primeros días del estado de alarma implementó estrictos protocolos de ingreso para transeúntes hasta que se tuviera la certeza de que no daban positivo.
«Tuvimos muchas dificultades para que personas sin hogar que no querían estar en el albergue se confinaran», explica González afirmando que, sin duda alguna, el Ayuntamiento tiene capacidad de asistir a personas sin hogar en el concejo. «Estamos en contacto permanente con las organizaciones del tercer sector», explica la edil. «En las próximas fechas comenzará la 'operación manta y café' para los sin techo que hay en la ciudad», ahonda.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.