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A. ARCE / C. DEL NERO / R. AGUDÍN
OVIEDO.
Jueves, 5 de agosto 2021, 01:06
La historia del pequeño Noé, el bebé de cuatro meses de La Corredoria hospitalizado en la UCI Pediátrica del HUCA desde el sábado en estado comatoso crítico y con daños cerebrales irreversibles, es la de un juego que terminó en tragedia. Al menos ... esa es la versión que defendieron ayer sus padres, de 24 y 25 años e investigados por un presunto delito de maltrato infantil, ante la jueza en funciones de guardia en el Juzgado de Instrucción número 4 de Oviedo. Salieron del Palacio de Justicia a media tarde en libertad con cargos por un supuesto delito de lesiones.
Todo apunta a que el pequeño, que al cierre de esta edición continuaba luchando por su vida, sufre el síndrome del bebé zarandeado. La pareja admitió que sí se dio ese zarandeo, pero que, en todo caso, tuvo lugar «sin mala intención», «no para herir», y que estuvo provocado por la costumbre de ambos de jugar a «lanzarlo al aire» y «levantarlo en brazos para que se riera».
Así lo explicó el abogado de la familia, José García Ovies, tras salir el auto de la magistrada. «Fue un fallo importante, un error que le puede costar la vida al pequeño o causarle secuelas muy serias», enunció. «Una desgracia», prosiguió el letrado, provocada por «un zarandeo imprudente y fortuito», para reiterar a renglón seguido que la familia «no tenía intención alguna de herir al bebé».
El pequeño Noé no es el único hijo de la pareja, tiene una hermana de 18 meses. «Siempre estuvieron muy bien atendidos», destacó. Y la familia, remarcó, «no tiene antecedentes de ningún tipo».
Así, todo ocurrió el sábado. Según el relato de la defensa, los jóvenes se encontraban tratando de darle la cena a su hijo pequeño, a eso de las nueve de la noche en su piso de Cuatro Caños. Fue en ese momento, mientras le intentaban dar el biberón, cuando «se dieron cuenta de que se encontraba mal y no quería comer». Llamaron al servicio de emergencias.
Ya en el hospital, los sanitarios detectaron que el bebé presentaba lesiones cerebrales muy graves, «sin traumatismo aparente», y hematomas en el cuerpo. El mismo equipo clínico se puso en contacto con la Policía Nacional para advertir de un posible caso de maltrato infantil. Los agentes detuvieron a la pareja el lunes por la mañana.
En términos clínicos, el traumatismo craneal por maltrato o síndrome del bebé sacudido puede provocar convulsiones, parálisis, coma, hipoxia cerebral y hasta estatus epiléptico. El cerebro de los bebés es muy delicado y ante un posible zarandeo, la masa gris choca contra las paredes internas del cráneo, generando todo tipo de lesiones.
Ayer, la Fiscalía del Principado de Asturias solicitó al Juzgado el ingreso en prisión provisional comunicada y sin fianza para los padres del menor. El fiscal consideraba que «existe riesgo de fuga»; aun así, la jueza no lo tuvo en cuenta. Eso sí, el fiscal también pidió la suspensión del derecho a la patria potestad del bebé y que se acuerde la prohibición de comunicación tanto con él como con su hermana y del régimen de visitas.
Por su parte, el Principado, tal y como aseguraron después fuentes de la Consejería de Derechos Sociales y Bienestar, ha declarado el desamparo de los dos hermanos y ha asumido su tutela, en cumplimiento de la ley, y ante una supuesta situación de maltrato. Recordaron que «actúa en virtud de la atención inmediata que debe prestar a cualquier menor en situación de desprotección».
La última vez que se vio ayer a la hermana del bebé hospitalizado en brazos de su familia fue en las de sus abuelos frente al Juzgado. La llevaron para demostrar, durante la declaración, que no presentaba ninguna lesión, y al término de la comparecencia fue trasladada al Centro Materno-Infantil.
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