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COVADONGA DEL NERO
OVIEDO.
Lunes, 24 de mayo 2021, 01:02
Cada año se diagnostican, de media, 22 nuevos casos de cáncer infantil en Asturias. Esta enfermedad, además de acarrear el evidente perjuicio para los menores, también trae consigo un efecto psicológico en las familias. «La mente de un padre nunca está preparada para algo ... tan antinatural», explica el nuevo presidente de la Asociación Galbán, el gijonés Luis Arranz. Esta «ruptura» de la vida de la familia al completo cuando un niño desarrolla un cáncer es la situación que la asociación trata de mejorar desde hace 20 años.
«Somos padres que ayudamos a otros padres que pasan por el mismo infierno». Así define el trabajo de la asociación Arranz. El gijonés, docente de profesión, es miembro de Galbán desde 2004, año en el que uno de sus hijos fue diagnosticado de cáncer. «Cuando te toca vivir una situación así, comienzas a luchar con algo que no entiendes», explica. Y, en situaciones imposibles de imaginar para quienes no les ha tocado sufrirlas, solo quienes han pasado por ellas saben cómo ayudar y apoyar a quienes han de pasarlas.
Concretamente, desde la asociación Galbán -que recoge su nombre de los apellidos de las dos oncólogas que, en 2001, ejercían en el HUCA, Gálbez y Antuña, hoy ya jubiladas- centran su ayuda en cuatro ramas clave. La primera se basa en el trabajador social que reconoce las necesidades y observa cómo se puede ayudar a cada familia. La segunda es el apoyo psicológico que trae consigo esta situación dolorosa y nueva. Y los otros dos puntos están relacionados con una serie de programas. Por un lado, el educativo, con una pedagoga que trata de ayudar a los pequeños que se han desvinculado de la escuela; y otro de ocio y tiempo libre que busca «dar color dentro de la desgracia».
Además, cuentan con medio centenar de voluntarios que, en su momento, acudían al centro sanitario para tratar de animar y mejorar la vida de los niños. Actualmente, los eventos que llevaban a cabo han tenido que adaptarse a la situación de la pandemia y realizarse de manera 'online'. También su tradicional carrera batió récord este año, a pesar de ser virtual. «La sociedad asturiana se vuelca con nosotros», aseguran agradecidos desde la asociación. También agradecen a todas las fundaciones que les ayudan a seguir hacia delante.
En el cáncer infantil la detección precoz es fundamental. «Es la diferencia entre la vida y la muerte del niño». A principios de siglo, la supervivencia se situaba en torno al 60% y ahora, en el 81%. Por ello, si la detección precoz es importante, también lo es la investigación. Por ello también luchan desde la asociación, donde recuerdan que uno de cada 200.000 niños padecen un cáncer que, en su vida adulta, repercute de manera negativa debido a la enfermedad, pero también a los tratamientos. Así, luchan por un pasaporte para estos niños a nivel europeo y por el seguimiento de los supervivientes a largo plazo. Y es que entre tanto ruido político, hay personas que siguen luchando, en silencio, para que la vida de sus conciudadanos sea mejor. Y ahí entra la Asociación Galbán.
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