Nacho del Río | Presidente de la Asociación de Comercio de Oviedo y dueño de Harcher

«Oviedo tiene una ventaja: Tenemos fama porque nos preocupa vestir bien»

–Acaban de empezar las rebajas, aunque usted las está retrasando un poco.

–En mi caso no he arrancado porque espero unos días, pero al final lo que nos tiene que acompañar es el tiempo. Ayuda ver que se puede empezar a utilizar las prendas más veraniegas para ir a tu armario y ver lo que necesitas renovar.

–¿Qué influye más en las ventas, el tiempo o la economía?

–Todo tiene su porcentaje. Si la economía va mal y hace bueno, da igual porque si no hay dinero, no hay dinero. Pero tenemos una ciudad en la que el turismo se va animando y si hiciera más calor, nos ayudaría a vender más, seguro. No ha sido una primavera muy buena de tiempo, pero vamos vendiendo, hay gente que se va fuera de vacaciones y cada vez compramos más de entretiempo.

–¿Les afecta la subida de la cesta de la compra?

–Cuando hay menos dinero se gasta menos en todo. Es una realidad; todo ha subido mucho y que Asturias es una región con muchos impuestos, más de lo normal, y eso hace que en las familias haya menos renta disponible. Pero Oviedo tiene una ventaja y es que tenemos fama, porque es verdad, de que nos preocupamos por vestir bien. Tenemos un gusto por comprar ropa de calidad y eso nos ayuda a que sigamos vendiendo.

–¿Oviedo puede volver a ser la capital de las compras que fue siempre?

–Hay una proliferación de hacer ciudades iguales en la que los ayuntamientos, en general, no valoran la singularidad de las tiendas, que tengas unas tiendas con una personalidad propia distintas a las de otras ciudades y que eso puede ser atractivo para la gente que viene de compras. Igual que tenemos un edificio atractivo como la Junta del Principado o el Campoamor, también tenemos tiendas únicas y singulares que aportan mucho turismo. Viene gente, se acuerda de ciertas tiendas y aprovechan para comprar en ellas. Eso es un plus, uno viene por los Carbayones de Camilo de Blas o por las Moscovitas de Rialto, y seguramente vendrán también por algo que compran en una tienda de mujer, de hombre o unos zapatos. Es una forma de sumar personas.

–El Ayuntamiento está poniendo en marcha medidas en esa dirección, ¿son buenas?

–Creo que siempre es mejorable. Es verdad que está preguntando al sector, a veces no del todo como se quiere, pero por lo menos tiene la intranquilidad de querer favorecerlo. Sabe que una ciudad como Oviedo, con un comercio diferenciador y de calidad como el que tenemos, y con el gusto de los clientes por vestir bien, es una buena mezcla para que sea la capital de compras que esperamos todos.

–¿La falta de relevo generacional es uno de los principales problemas?

–Hay gente a la que le da igual que muera un comercio y se ponga otro en su lugar. Yo no lo veo así. Un comercio que lleva muchos años, con una experiencia y un saber hacer las cosas, es un valor fundamental para una ciudad y que esa persona pueda transmitirlo a otra, ya sea hijo o alguien que quiere continuar con su negocio, porque sabe que tiene un valor, un nombre y una experiencia, me parece importante facilitarlo. Porque una persona no tenga familia no tiene que desaparecer un negocio que a lo mejor aporta mucho a la ciudad. El ejemplo claro es Camilo de Blas: qué pena sería para Oviedo si desapareciera. Hay que apoyar estos negocios para que puedan seguir siendo un referente.

–El Ayuntamiento trabaja en este sentido con la Asociación de Jóvenes Empresarios...

–Ese es el problema que tenemos, que a veces el Ayuntamiento pone estas cosas en marcha sin hablar con el sector. Habla con los Jóvenes Empresarios, pero no tienen por qué saber de comercio. Por eso comentaba que es mejorable lo que hace, aunque está bien que intenten atajar el problema. Y no es un problema nuestro, es de la ciudad, porque si cierro mi negocio y me jubilo, pasaré a cobrar una pensión y a vivir mejor, pero es un tema de cómo mejorar la ciudad y hacerla más atractiva. Los Jóvenes Empresarios sabrán de muchas cosas, pero debes hablar con el comercio para saber cómo debe ser la transición y los pasos que se deben dar.

–¿Han propuesto muchas medidas desde la asociación?

–Sí, claro, pero al final lo que queremos es que cuenten con nosotros. Porque hemos dado ideas al Ayuntamiento, pero luego las aplican de una manera que creen que es buena y no es lo mismo dar una idea que desarrollarla. Es tan importante una cosa como la otra. El otro día, por ejemplo, hicieron el evento 'Oviedo es Moda'; muy bien, muy organizado, pero en el mes de junio. En junio los que estamos en textil estamos de vuelta de la temporada que empieza a principios de marzo. La idea es buena, sí, pero la época es malísima.

–Hay varios locales vacíos en la ciudad, ¿cree que influye el precio del alquiler?

–Los alquileres son altos, pero si tienes un plan de negocio y puedes soportarlo, por qué no vas a coger un local bien situado. Hay que sumar que el salario mínimo ha subido muchísimo, además de lo del trabajador pagas otro 50% más al Estado, entonces tienes unos costes laborales altísimos. Añade que en el comercio tienes que trabajar los sábados y hay mucha gente que no quiere. Sumas todo eso a los alquileres y, claro, hay locales que quedan vacíos. Hace falta gente que monte comercios distintos, con alma, de verdad, que aporten algo a la sociedad y que los locales se pongan a tiro en cuanto a precio.

–Hablamos de cierres, pero también se abrirán comercios…

–Sí, pero son más llamativos los negocios que cierran. Es verdad que mucho que se cierra es negocio tipo Veneto, un multimarca de calzado con calidad y personalidad. Si su lugar lo ocupa una cadena, el local podrá estar lleno, pero se ha perdido un poco de esencia en la ciudad.

–¿Es buena idea crear un «bulevar del comercio» en Palacio Valdés?

–El problema de dar más importancia a unas calles que a otras es que al final van a ser las calles más caras de la ciudad y estarán las grandes, no el pequeño comercio. Más que hacer un gran bulevar, hay que hacer zonas comerciales bien indicadas y hay que darle fuerza al comercio singular de la ciudad. ¿Una persona que viene aquí va a comprar en Zara o en la zapatería de una chica que, con su gusto o experiencia, va comprando calidad y las últimas tendencias? Dar importancia a una calle en la que están todas las marcas nacionales creo que es una equivocación. Oviedo tiene que fortalecer los pequeños comercios singulares porque es lo que va a hacer que sea una ciudad atractiva, que la gente se lleve una experiencia única y a la que querrá volver.

–Su padre era un gran empresario, ¿le dio buenos consejos?

–Mi padre hablaba poco, me daba mucho ejemplo práctico, era muy trabajador. Los domingos íbamos a cambiar los muebles de la tienda, porque la gente necesita que esté cambiada constantemente, me decía lo que había que hacer con su ejemplo, no hay mejor manera de aprender. Hay que renunciar a muchas cosas para dedicarte al comercio, pero es muy bonito, tienes capacidad para aportar a que la gente vaya mejor vestida por la calle y a mí eso me da mucha satisfacción.

–¿Qué le está aportando a la ciudad ser capital gastronómica?

–Creo que somos capital gastronómica sin tener título. Cuando viene la gente, nosotros les aconsejamos dónde comer depende del presupuesto o tipo de comida que quieran, y el recuerdo que tiene la gente de cómo se come en Oviedo es buenísimo siempre. Que esto nos puede traer gente porque es un sello, fantástico, pero realmente Oviedo entre los atractivos más fuertes que tiene está el paisaje, nuestra forma de ser y la gastronomía. Es dar un refuerzo a este concepto de lo bien que se come aquí a un precio razonable y viene muy bien porque es un sello de calidad, pero creo que por encima del sello Oviedo es capital gastronómica siempre.

–¿El AVE ha sido el revulsivo que prometían?

–No lo creo, sinceramente. Lo que ha hecho es acortar media hora el viaje a Madrid. Que traerá a más gente, seguro; que tiene más capacidad el tren, también; que es más incómodo, también. El tren, la ventaja que tenía antiguamente era la comodidad, que estabas muy holgado, y ahora al meter más personas por vagón, pierdes en comodidad. Era muy necesario que se abriera el túnel y que llegase el AVE; que tengamos una conexión con Madrid rápida, segura, que también nos falta que se cumplan los tiempos, y poder atraer así más gente a nuestra ciudad.

–¿Qué proyectos considera prioritarios en Oviedo?

–Es fundamental que atraigan más industria igual que se ha atraído empresas de servicios como la multinacional IFF, que abrió en El Vasco. Eso hace que la ciudad crezca y tenga más clientela para todo. Pasa, por ejemplo, con La Coruña, que ha crecido muchísimo por todos los empleos de Inditex o Santander con los del Banco Santander, y en Oviedo no tenemos esa industria fuerte. Sí vamos teniendo pequeñas y va mejorando. Claramente el sector armamentístico y de defensa va a ser un impulso importante para esta ciudad, creo que es por donde hay que trabajar.

–El Ayuntamiento ha comprado el Calatrava, ¿tiene alguna idea sobre para qué destinarlo?

–Es un buen 'marrón' porque es poco práctico con un mal futuro para la ciudad comercialmente porque está en mal sitio y la gente no sube hasta allí. Hay que pensarlo muy bien, tenemos también la fábrica de la Vega con una facilidad de entrada a la ciudad, bien comunicado, pero el Calatrava es un espacio en una zona que ha empeorado muchísimo desde la salida del Hospital. Sé que tiene un buen parking, deben buscar algo que dé servicio y sea útil, yo lo que no le veo es una salida ligada al comercio.