Un bar de la plaza fue saqueado por jóvenes que huían de la policía. PIÑA

Oviedo pide refuerzos a la Policía Nacional tras una batalla campal en El Paraguas

Una «encerrona» y una lluvia de botellas contra los agentes, dejan un policía local herido al detener a un grafitero en la calle Ecce Homo

GONZALO DÍAZ-RUBÍN

OVIEDO.

Lunes, 14 de junio 2021, 00:50

La del sábado fue «una noche movidita», según la definió ayer el concejal de Seguridad, José Ramón Prado. «Una batalla campal», apuntan varios policías locales. La coincidencia de la finalización de los exámenes de la EBAU, el buen tiempo y la ... reapertura del ocio nocturno hasta las tres de la mañana generó numerosas intervenciones y «una encerrona», según Prado. Una que dejó un subinespector de la policía municipal herido y atendido en el HUCA y que movió ayer al edil a anunciar que hoy mismo mantendrá una reunión con la cúpula de la Policía Local «para replantearnos la situación» y a pedir a la Policía Nacional «más medios» para controlar la noche ovetense.

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Los hechos se precipitaron cuando dos patrullas de la Policía Local fueron comisionadas para detener a unos grafiteros que estaba dejando su marca en los muros de la Casa Sacerdotal. A la llegada de los agentes, los dos sospechosos se retiraron hacia Ecce Homo seguidos por los policías. Cuando los agentes detuvieron al presunto autor de la pintada, pero su amigo se enfrentó a los funcionarios, que se esforzaron por reducir a este contra el suelo. En ese momento, desde la altura de la plaza del Paraguas, donde centenares de jóvenes hacían botellón, comenzó un bombardeo de botellas, latas y piedras, que obligó a los policías a retroceder hacia el Postigo y pedir refuerzos. En medio de la confusión, el primer detenido se zafó de los agentes y huyó con las esposas puestas a la carrera, antes de ser alcanzado en Paraíso.

La llegada de los furgones del nuevo servicio de intervención de la Policía Local no hizo sino acrecentar la tensión. Hubo carreras, más lanzamientos de objetos contra los agentes y cargas que llegaron hasta Mon. En medio de la refriega, explican fuentes policiales, un agente de paisano de la Policía Nacional intentó ayudar, sacó una 'franchi' -una escopeta que se usa para disparar balas de goma habitualmente- y abrió fuego con ella, aunque sin carga.

La detonación del disparo generó una humareda y más pánico y carreras. Horas más tarde, corrían vídeos por las redes sociales asegurando que se habían usado botes de humo o «gases» contra los jóvenes, algo que desmienten las mismas fuentes del servicio. «Es solo el humo del disparo», señalan. En la confusión, el agente de paisano de la Nacional habría recibido, además, un toletazo de un agente local, alarmado por la presencia del arma en manos de un no uniformado que no se había identificado antes de meterse en la refriega.

Parte de los jóvenes que huyeron del disparo y las cargas, se refugiaron en un bar, que fue saqueado. Finalmente, los agentes lograron detener a los grafiteros, ambos de 20 años, y disolver la concentración.

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Refuerzo y esfuerzo

El concejal de Seguridad evitó ayer chocar con la Policía Nacional y destacó su «colaboración», pero anunció que en la reunión semanal de coordinación con Jefatura Superior de Policía y la Comandancia de la Guardia Civil«tendremos que hablar nuevamente de nuestra actuación y de la actuación conjunta de todos» para controlar estas situaciones.

«La coordinación existe», defendió el edil, pero «lo ideal», serían más medios. «Más medios, no sé por parte de quién, si por la Policía Nacional, que son los que tienen las competencias en orden público, porque nosotros ya reforzamos el servicio todo lo que podemos y a ver si la Policía Nacional puede poner más efectivos, porque las noches a partir de ahora, suponemos que van a ser como esta pasada, bastante moviditas».

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'Movidita', porque, al margen de los incidentes en El Paraguas, los agentes de la Policía Local tuvieron que intervenir en fiestas en pisos, locales «y una habitación de hotel». Y la del viernes no fue mucho mejor. Fuentes del servicio denuncian que, pese al final de las pruebas de acceso a la Universidad, el servicio ordinario estuvo reducido a tan solo dos coches, cuatro agentes para toda la ciudad.

La concejalía de Seguridad ha apostado por poner en marcha el nuevo servicio de intervención -dos furgones con cinco agentes cada uno- para controlar las aglomeraciones y mantener el orden público, pero la falta de efectivos del servicio impide aumentar el número de patrullas en el turno de noche y obliga a que los furgones se cubran con servicios extraordinarios.

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