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A. ARCE
OVIEDO.
Miércoles, 2 de noviembre 2022, 01:41
Los grafitis en fachadas y muros ocasionan un daño no solo para los propietarios de los edificios, sino también para toda la ciudad por el aspecto que proyectan al resto de vecinos y a las personas que la visitan. Sin embargo, la mayoría de inmuebles ... afectados por este tipo de actos vandálicos son de titularidad privada, lo que obliga a que la comunidad otorgue la pertinente autorización para que el Ayuntamiento pueda eliminarlos. Por eso, desde el gobierno local han solicitado la colaboración de los vecinos de la ciudad y que sean estos los que avisen al servicio de limpieza directamente.
Así lo explicaron ayer fuentes del gobierno local a través de una nota de prensa. «El Ayuntamiento de Oviedo está desarrollando una intensa campaña de limpieza de pintadas y grafitis». Para acogerse a esta iniciativa, anunciaron, «los propietarios o comunidades de propietarios de los edificios o fincas en los que existan grafitis pueden solicitar su eliminación», debiendo para ello cumplimentar un impreso que pueden obtener en la página web municipal. Una vez cumplimentado, deberán entregarlo bien de manera telemática, en el Registro General o en la dirección de correo electrónico habilitada por el Consistorio para tal fin.
El Ayuntamiento cuenta con una novedosa herramienta para eliminar pintadas de una forma rápida. Se trata de una furgoneta equipada con un sistema que permite identificar el tono de la pared y realizar 'in situ' la mezcla exacta de pintura para repintarla. El proceso es simple. El propietario denuncia la existencia de uno de estos grafitis en su edificio y envía el formulario con la autorización al Ayuntamiento para permitir su borrado. Tras su recepción, se envía al lugar la furgoneta del servicio de limpieza y, con un colorímetro, el operario identifica el tono exacto del que está pintado la pared, ya sea reciente o lleve veinte años. Esa información pasa al ordenador de a bordo, que aporta al trabajador la referencia exacta del color para tapar la pintada. Dentro de esa misma furgoneta se prepara la mezcla y en pocos minutos todo está preparado para que el grafiti desaparezca.
El proceso continúa. Primero se rocía el grafiti con un quitamanchas, se deja secar y seguidamente se extiende la pintura plástica ya preparada. Con dos capas este desaparece completamente.
Una guerra contra las pintadas que no parece terminar. Zonas como El Antiguo o el Parque de Invierno son algunas de las más afectadas.
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