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Susana Neira e Irene Moya
Oviedo
Viernes, 7 de marzo 2025, 09:46
Tras doscientos diecinueve días de obras –con parón por San Mateo y Navidad–, el Oviedo Antiguo estrenará hoy al completo su nueva fase de peatonalizaciones ... con la reapertura de la calle Pozos, el último tramo de una actuación valorada en 1,5 millones de euros –financiada en gran parte por fondos europeos– que comenzó por Altamirano, Mendizábal y Ramón y Cajal. Se consolidará así el modelo surgido a partir de los años ochenta en el casco histórico, implantado ya provisionalmente durante la pandemia en estas vías y que ahora, con la marcha de los obreros, las casetas y la maquinaria, prioriza para siempre el uso peatonal y restringe a mínimos el tráfico.
Un modelo en el que el equipo de gobierno tiene la vista puesta, pues espera extenderlo hacia Fruela, Rosal y Martínez Marina, aunque para ello esperará a la gran ampliación del aparcamiento de La Escandalera y la creación de esta gran plaza en el epicentro, para adaptar el centro a la Zona de Bajas Emisiones. Es decir, que como mínimo se alargará dos o tres años.
Tras unos últimos días de remates –como el pintado de la señalización horizontal en el paseo de peatones con Fruela–, los operarios de la empresa Ogensa, adjudicataria de los trabajos, abandonarán El Antiguo. Allí se instalaron el pasado verano. En concreto, el 31 de julio de 2024, con el propósito de terminar los trabajos en cuatro meses –sin contar la interrupción para las fiestas–. Unas obras que se han encontrado varias dificultades en el camino. Primero en los despachos, ya que el gobierno local se vio obligado a modificar los primeros pliegos para cumplir con los requerimientos de Patrimonio, que impuso una veintena de condicionantes para evitar romper la estética del entorno, como la unificación de los acabados del entorno, la reducción de la zona de carga y descarga o la eliminación de barreras arquitectónicas, por citar algunas. Con las obras ya avanzadas en Mendizábal llegó otra 'sorpresa', al descubrirse los antiguos raíles del tranvía, de los que se ha conservado un pequeño testigo en la calle, ya que son parte de la historia de Oviedo. Esta calle abrió finalmente como semipeatonal el pasado febrero. Finalmente, para completar todo el eje, la junta de gobierno ha aprobado hasta dos prórrogas en el plazo, al última por la necesidad del desvío de servicios de gas.
Los comercios de la zona se han visto afectados por las reformas, aunque reconocen las ventajas de la peatonalización. «Durante las obras, la clientela disminuye, pero las mejoras son buenas», afirma Miguel Ángel Campo, encargado de Calzados Cano Cornejo. Pero no siempre llueve a gusto de todos. Jesús Menéndez, un viandante, opina que las obras «no son prácticas» para los que no residen en el barrio y utilizan el coche, como él. «Parecen pensadas para los que pasean», pero, afirma, «hay gente que viene a la zona con otros compromisos», como el de recoger a los nietos de la Escuela Municipal de Música. Ante esta situación solo queda adaptarse.
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