«Era muy feliz con mis hijos aquí, la madre rompió la vida del niño al llevárselo a Rusia»

Hoy, por tercera vez, la mujer no ha comparecido –pudiendo hacerlo por videoconferencia–, apartándose del caso la acusación particular. Sólo quedaron dos partes, la defensa y el Ministerio Fiscal.

Ante el Juzgado de lo Penal número 4, el acusado –traducido en todo momento por una intérprete– respondió sólo a su abogado. Se declaró «inocente» y negó cualquier control sobre su mujer que, precisó, tenía su trabajo. «Ella es mayor de edad y tenía permiso para todo», afirmó tras destacar que los documentos, los pasaportes, se encontraban en la vivienda en un armario sin llave. «No la controlaba», insistió.

Sí dejo claro que «diez días antes de la denuncia, notaba a mi mujer muy extraña sacando bolsas de casa» y que su hijo pequeño le había trasladado que «el año que viene se iba a ir a estudiar a Rusia» cuando a él «le gustaba España, estaba acostumbrado a España porque llegó con 4 años; sacaba muy buenas notas y tenía muchos amigos».

Todo, según sostuvo su letrado en las conclusiones, obedecía a una suerte de estratagema de la madre para marcharse de España con el niño. «Estaba impedida para hacerlo porque la patria potestad era compartida, por lo que realizó la denuncia», argumentó.

En su turno de última palabra, el acusado se quebró; pero pudo coger fuerzas para seguir adelante : «Como padre siempre estaba responsable; estaba muy feliz con mis hijos aquí. La madre rompió la vida del niño en Rusia, allí las leyes no son iguales. Como padre, sé que en Rusia el niño no tiene futuro». Y finalizó manifestando «su esperanza de volver a abrazar a su hijo y compartir la vida con él».

Como testigo compareció un policía que acudió a la vivienda el 21 de junio de 2023 por «unos posibles malos tratos en el domilicio». Recordó que en las entrevistas que los agentes mantuvieron con ambos, «la mujer nos dijo que el marido la controlaba y que la llevaba maltratando psicológicamente hace años»; mientras que él apuntó «que ella pretendía llevarse a su hijo Rusia y que la convivencia era difícil hace años». En todo momento, añadió, el acusado se mostró «muy tranquilo y colaborador».

Un amigo del matrimonio, por su parte, también como testigo, corroboró que no se trataba de una mujer controlada. «No tenía problemas para reunirse conmigo o con mi mujer y nunca vi que pidiera permiso». Los 2.600 euros que recaudó una asociación de ucranianos para la familia «se los dieron a ella», contó. Y abundó que los documentos familiares se hallaban en un armario del pasillo. Sin cerradura.

El caso ha quedado visto para sentencia.