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José se comportaba como una persona esquiva, solitaria y acumulaba kilos y kilos de basura en su casa del barrio de La Corredoria, en ... Oviedo; además de animales, a los que nunca sacaba. Así lo describieron sus vecinos que fueron quienes alertaron a la Policía por los malos olores de la vivienda, donde fue hallado el cadáver de su madre 'Tina' momificado.
La percepción psiquiátrica tras lo sucedido en el piso es que José, que esta mañana ha pasado a disposición judicial, podría ser «un enfermo mental grave que cuenta con muchos años de evolución negativa y que se encontraba fuera del radar de los servicios psiquiátricos públicos, ya sea porque fue detectado en un momento dado y se alejó por su voluntad de los cuidados médicos o bien porque nunca entró en el sistema», según explicó el exjefe de Psiquiatría del HUCA y catedrático de la Universidad de Oviedo, Julio Bobes.
El doctor detalló que las personas con graves desequilibrios «se conducen de manera muy deficiente socialmente y completamente orientados por sus percepciones que son erróneas, con unas creencias anómalas y falsas, aunque según ellos mismos las percepciones son ciertas y reales». Así que, continuó, «las voces que oyen en el interior de su cabeza son voces imperativas que les obliga a actuar como actúan. No hay lógica normal es su forma de proceder, sólo existe su lógica».
El perfil psicológico que dibujó el psiquiatra, según los datos recabados por sí mismo y en la observación de la enorme experiencia, es que el detenido, supuestamente, es una persona que «se ve abandonada a una conducta absurda promovida por las voces imperativas que escucha». Para Bobes, el problema es que no hay manera de conocer su estado psiquiátrico a priori «salvo que su familia o sus vecinos reconozcan el problema y hablen con los médicos o le convenzan para ir al menos al centro de salud».
«En este caso concreto, lo de la familia era imposible; pero se ha visto que los vecinos han tenido la valentía de denunciar la situación para descubrir el gran problema que había en esa casa», afirmó. Y añadió: «La pena es que cuando los vecinos denuncian ya llevan una temporada notando cosas raras y la ayuda tarda mucho en llegar».
Para Bobes, el detenido podría sufrir «un problema mental grave que ha estado aplazado en el tiempo», con lo que la situación debe haber empeorado porque «no ha debido solicitar ayuda hasta que el problema es demasiado evidente y ya es muy tarde».
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