El Mercado del Azabache permanecerá en Gil de Jaz, en Oviedo, hasta el domingo. PABLO NOSTI
Mercado de artesanía en Oviedo

El azabache «es una opción de vida»

Los artesanos reunidos en un mercado en el centro de Oviedo advierten que «se va a ir acabando el oficio» ante la falta de relevo y de materia prima

Paz De Alvear

Oviedo

Viernes, 1 de noviembre 2024, 01:00

El mejor azabache del mundo, junto con el de Whitby, Inglaterra, es el de Asturias y una pequeña muestra se exhibe en el centro de Oviedo. La piedra procedente de una familia de árboles jurásicos extinguida hace 65 millones de años la ... trabajan unos treinta artesanos en el Principado, algunos de ellos directamente para Santiago de Compostela al ser el mayor mercado de azabache de Europa. Desde este jueves y hasta el domingo, la calle Gil de Jaz acoge la tercera edición del Mercado de Azabache, con la participación de Miguel Franganillo, Azabache Llantones, María Meana, Taller Zarcillo, Arcrea y La Salamandra, en una apuesta más municipal por los artesanos como uno de los ejes del comercio local.

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Entre piezas, desde los 10 euros hasta más de mil, sus representantes sacaron pecho de una piedra protectora «que es seña de identidad de Asturias» y pidieron más apoyo al Principado.

Antonio Rodríguez, que tiene su taller Arcrea en Oviedo, y lleva en este oficio más de treinta años, lanza la advertencia: «Artesanos quedamos muy pocos, el oficio se va a ir acabando porque materia prima hay muy poca y no se valora el trabajo».

El presidente de Acebache pide al Principado incentivos y la búsqueda «de algún empresario que abra un yacimiento»

Con la entrada de siglo, cerró la última mina de azabache, que dirigía Tomás Noval. Los azabacheros hicieron, entonces, acopio de stock; y ahora salen al paso buscando en escombreras. «El Principado, si tuviera interés, podría buscar a un empresario que abriera algún yacimiento en la zona de Villaviciosa; hay bastantes bolsas de azabache», reclamó Pedro Villanueva, del Taller La Salamandra, y presidente de la Asociación Acebache, que aglutina a unas quince personas. No se trata, dijo, «de una minería rentable y hay que tener incentivos públicos».

Para mantener el oficio es vital el relevo generacional y «ha poco». José Julio Martínez, del Taller Zarcillo, explicó que «los jóvenes que están estudiando en la Escuela de Arte salen ahora más enfocados a las TIC, a lo digital; cuando el azabache es una opción de vida», animó. Si el gremio creciera, «tendríamos más oportunidades, al ser poco las instituciones no nos tienen en cuenta».

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Trabajar el azabache «no es especialmente dificultoso», según Villanueva, al tratarse de «una piedra blanca; una de las características que la hacen diferente es provenir de un material orgánico, es madera fósil».

Un día tardó Antonio Rodríguez en crear, como colgante, «una celosía de Valdediós». Un auténtico trabajo de artesano, como «un collar multifaceta» que supera los mil euros y es una verdadera joya.

Además de tradición, el azabache es «una piedra mágica, protectora» y la higa –cigüa– de azabache –Villanueva exhibe de diferentes tamaños en su puesto– es «el amuleto contra el mal de ojo». La cuenta más antigua de azabache apareció en un colgante de 17.000 años encontrado en la Cueva de Las Caldas.

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