La plantilla de Expal inicia las movilizaciones contra el cierre de la fábrica

Los trabajadores de la empresa Expal Systems, ubicada en Trubia (Oviedo), han protagonizado este lunes la primera de las movilizaciones convocadas en contra del cierre de la planta. Según fuentes sindicales, la incidencia de la huelga ha sido total.

Los trabajadores protestan ante la decisión de la compañía, dedicada a la fabricación de material militar, de impulsar un expediente de regulación de empleo (ERE) de extinción en la factoría asturiana, que da empleo a 52 trabajadores.

El ERE fue presentado la semana pasada. Los trabajadores, que han solicitado información, tienen prevista una nueva reunión con la compañía este miércoles. «Seguimos pensando que se pueden mantener los puestos de trabajo», ha insistido el secretario general de UGT FICA en Oviedo-Siero, José Luis Del Mazo.

No consideran los trabajadores que exista motivación alguna para cerrar la planta asturiana. El Gobierno asturiano habló la semana pasada de que uno de los factores que podría ayudar al mantenimiento es la decisión de la Junta Interministerial Reguladora del Comercio Exterior de Material de Defensa (Jimddu) sobre las licencias de exportación que actualmente tiene Expal Systems. Desde UGT han explicado que se trata de licencias de exportación, de tal forma que es necesario que el Ministerio de Defensa las «desbloquee». Añaden los trabajadores que la empresa tiene un contrato con el departamento que dirige Margarita Robles que le liga diez años. «Hemos pedido la documentación relativa a ese contrato», han indicado.

El presidente del comité, Javier Rodríguez, ha advertido de que no se descartan más movilizaciones en función de cómo se desarrollen las negociaciones que proseguirán esta semana. De momento, está prevista una reunón con la dirección en la sede del Servicio Asturiano de Solución Extrajudicial de Conflictos (SASEC) para el miércoles. Será la segunda reunión entre ambas partes después de que la semana pasada la dirección se reafirmara en su intención de ejecutar un despido colectivo para los 52 trabajadores de sus instalaciones de Trubia, así como el cese de la actividad por causas organizativas y productivas.

Rodríguez, quien ha dicho que «la esperanza es lo último que se pierde», ha confiado en que la dirección asuma la evidencia de que la planta es rentable para continuar con la actividad.

El comité rechaza las causas alegadas por la dirección al asegurar que Trubia tiene asignada de forma exclusiva algunos de los componentes metálicos que fabrica Expal, que cuenta con otros seis centros productivos en España.