«Me acaban de desahuciar y no tengo a dónde ir»

Con lágrimas en los ojos, abandonó su vivienda con su muleta -padece secuelas de un atropello que sufrió de joven- y un transistor y salió a la calle. El resto de pertenencias ya las había dejado por la mañana en casa de su vecino Gregorio Torre.

«Me acaban de desahuciar y no tengo a dónde ir», comentó desolado y recordó su caso anterior cuando, hace diez años, vivía en una casa a la que se le cayó el techo. «Estuvo -prosiguió Torre- una temporada viviendo donde pudo y luego lo alojaron tres meses en un hotel. Fue entonces cuando se le adjudicó una vivienda de urgencia».

Cobra 448 euros mensuales del Salario Social y pagaba un alquiler de 130 euros por el piso, una cantidad ajustada a sus ingresos. Sin embargo, las deudas se le han ido acumulando a lo largo sin que «Vipasa se haya puesto en contacto conmigo». Tampoco él pidió renegociar la situación. El pasado viernes recibió una carta anunciándole del desahucio.

Le dieron cinco días para presentar un recurso ante los tribunales y, tras consultar con un abogado de oficio, el jueves fue a los juzgados de la calle Rosal. Sin embargo, no pudo interponer el recurso y el procedimiento continuó adelante. Por la tarde la puerta de su casa fue tapiada.

En todo este tiempo ha recibido el apoyo de sus vecinos. Algunos de ellos se despidieron de él tras ser desahuciado y le desearon suerte en esta nueva etapa.