La capilla de La Balesquida, a la que numerosos fieles acuden a rezar ante el Santísimo, la Virgen de La Esperanza y San Judas Tadeo. J. C. ROMÁN

La capilla de La Balesquida de Oviedo, en obras para atajar las humedades

El templo, que data del siglo XVIII, sufre «una cascada de agua» cuando llueve y el agua se cuela por la cubierta y por su perímetro

Paz De Alvear

Oviedo

Martes, 18 de marzo 2025, 09:06

La capilla de La Balesquida de Oviedo –que sustituyó a otras anteriores y data del año 1725, obra del arquitecto Pedro Muñiz Somonte– ... sufre importantes humedades. Para atajarlas, la Antigua Cofradía de Nuestra Señora de la Esperanza-La Balesquida ha solicitado a la empresa Vir, de Gijón, que actúe y resuelva todo lo que pueda en un plazo de unas dos semanas. No hay tiempo que perder, pues la Semana Santa y el Martes de Campo están a la vuelta de la esquina.

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No son nuevos los problemas de humedades en la capilla –ya en 2009 se restauró la tabla del siglo XVII que recoge las normas de la cofradía al estar afectada por los hongos–; pero en la actualidad estos se perciben más porque la capilla ahora «es un edificio exento» desde que se derribaron los dos inmuebles colindantes, contribuyendo a su desabrigo. José Luis Felgueroso, miembro de la cofradía, explica que la capilla sufre «unas humedades terribles, están por todos los lados. Entra el agua por la cubierta y por el perímetro y se reparte por todos lados; cuando llueve hay veces que parece una cascada», detalla.

Es prioritario, pues, actuar para conservar una capilla que es muy visitada. No sólo por encontrarse frente a la Catedral, sino porque son muchos los que acuden a verla. Por supuesto, también son innumerables los que visitan las imágenes que custodia del Santísimo, la Virgen de la Esperanza y San Judas Tadeo. «Hay una auténtica devoción», destacó. La capilla, que permanece abierta todo el día, «es un sitio excepcional» y si se instalara un contador de personas, «quedaríamos todos asombrados».

Una empresa de Gijón se encarga de los trabajos, que apenas durarán dos semanas ante la cercanía de la Semana Santa

Como todo edificio requiere obras de mantenimiento y en La Balesquida –continuó– ya hacía mucho tiempo que no se acometía ninguna mejora. Ahora luce con un andamio en el lateral.

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