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A pesar de los esfuerzos llevados a cabo durante el último año por el Gobierno del Principado de Asturias para frenar la expansión incontrolable de los pisos turísticos y poner el cerco a todos aquellos que funcionan al margen de la legalidad, la realidad (para ... bien o para mal, según de lo que se hable) es que el paradigma de vivienda turística, alternativo a los modelos de alojamiento tradicionales, no ha dejado de crecer un solo momento. Oviedo alcanzó en agosto la cifra récord de 1.099 viviendas vacacionales. Son 178 más que en febrero y de 322 más que en agosto del año pasado. No obstante, no todos son la misma cosa. ¿Por qué? Porque las Viviendas de Uso Turístico (VUT) están perfectamente reguladas e incluidas en el Registro de Actividades Turísticas del Principado. El problema es que sólo 683 de esas 1.099 se acogían este verano a la citada normativa, tal y como refleja la estadística experimental del Instituto Nacional de Estadística (INE). Es decir, cerca de cuatrocientos operaban, cuando menos, al borde de la ley.
Al borde, porque no todas ellas tendrían por qué estar necesariamente incumpliendo la ley. Existen atajos. El propietario de un piso está en su derecho de alquilar la vivienda por temporadas –incluida la de verano–, a la luz de la propia Ley de Arrendamientos Urbanos. Ahora bien, lo que no tiene permitido es anunciar dicho alquiler en las plataformas de oferta de pisos turísticos. Eso sí, es precisamente de estas plataformas de las que el INE extrae los datos de alojamientos mediante la técnica conocida como 'web scraping'. ¿Cómo funciona? Se realiza un barrido integral y, del total, primero se seleccionan las viviendas turísticas de acuerdo con la normativa en esta materia de cada comunidad autónoma, y después, se eliminan aquellas presentes en más de una plataforma mediante un algoritmo que elimina duplicados.
Ello permite realizar una radiografía lo suficientemente ajustada del mercado real de pisos turísticos, pues incluye todos los que se ofertan y no únicamente los que aparecen en los registros del Ejecutivo regional. Esos mismos datos contabilizan 4.846 plazas, a una media de 4,41 por vivienda, en la ciudad, y un porcentaje de viviendas turísticas sobre el total de pisos que asciende al 0,86. Son 938 plazas más que a principios de año.
Esta cifra no es baladí. La hotelería convencional sumaba 5.509 plazas en agosto y 65 establecimientos abiertos en la capital asturiana, ni siquiera 700 más ya que las ofertadas en forma de viviendas vacacionales en cualquiera de sus formas. Si la hotelería copaba hasta hace unos pocos años el grueso del mercado, las tornas han cambiado y este tipo de alojamientos ya han comenzado a pisarle los talones a los hoteles, que han perdido más de un millar y medio de plazas en Asturias a lo largo de la última década.
¿Dónde se encuentran? Por barrios, El Antiguo y el centro de la ciudad se conforman como las zonas con una mayor densidad de pisos turísticos. Sobre todo, en las calles Altamirano y Quintana, junto a la Catedral y en la calle Marqués de Gastañaga, también entre Azcárraga y Víctor Chavarri, en el entorno del Teatro Campoamor, en los alrededores de Salesas o junto a la basílica de San Juan El Real.
Quienes no están de acuerdo con las políticas que se están implementando desde las diferentes administraciones son los propietarios de las viviendas turísticas reguladas. Consideran que se les mete a todos en el mismo saco y que no se les incluye en las mesas de negociación o debate del sector turístico. «Se dedican a manipular los datos y a decir que estamos provocando un problema serio de alquiler, pero lo que no dicen es que en Oviedo hay 7.000 viviendas vacías y que eso, además del miedo que le han metido a los propietarios en el cuerpo con la nueva Ley de Vivienda, provoca que los precios vayan a seguir subiendo; en municipios como Siero y Llanera, con una población de 60.000 habitantes, el precio del alquiler sigue subiendo y entre los dos tienen diez pisos turísticos». Así lo explica el presidente de la Asociación Asturiana de Titulares de Vivienda Turística de Asturias, Manuel Herminio García.
A su juicio, «lo que incrementa el fenómeno de la gentrificación y destruye el tejido urbano es la reforma de un edificio al completo para destinarlo al alquiler turístico, no que en un bloque haya una o dos VUT, pero detrás de esos proyectos están grandes inversores y es más fácil atacarnos a los propietarios de una vivienda perfectamente regulada».
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