Oviedo afronta su mayor renovación del alumbrado con el cambio de 3.500 farolas

Tan grande y compleja es esta encomienda, que el Consistorio la ha dividido en cuatro lotes. Sumándolos todos, se obtiene que en las emblemáticas farolas de tres brazos se cambiarán un total de 4.748 lámparas. Deberían ser más, pero el tercer fanal, el del medio, cuando aún exista -algunos dañados se han retirado- se va a eliminar, porque su aporte lumínico es despreciable en relación a su coste. En su lugar, se colocarán penachos para rematar la columna de luz: un total de 1.935. Por otro lado, más fáciles de sustituir, figuran las farolas de un solo brazo. En este caso, se sustituirán las lámparas de un total de 1.923.

Dado que, según reconoce en su informe el área de Alumbrado, el Ayuntamiento carece de medios para instalar el suministro de luminarias, la empresa contratista deberá encargarse de todo el traslado y colocación, aportando la mano de obra que gozará de las condiciones del convenio del metal. Las empresas interesadas cuentan con un plazo de mes y medio para presentar sus ofertas al millonario contrato y de medio año para ejecutarlo.

Los distintos lotes serán adjudicados de manera independiente, y no se tendrá en cuenta únicamente el precio que ofrezcan las compañías. De los 100 puntos totales, la oferta económica supone únicamente 53. Cinco los representarán la calidad de la lámpara (su grado de protección, por ejemplo contra golpes) y los 42 su nivel de eficiencia energética y otros parámetros de luminosidad de carácter técnico.

Las empresas deberán presentar una amplia documentación, incluyendo un estudio luminotécnico de las calles modelo de la ciudad, una memoria técnica e informes y certificados de ensayos emitidos por las autoridades, como la Entidad Nacional de Acreditación (ENAC).

El fin de esa titánica renovación de la iluminación pública es la puesta al día y el ahorro, además de la reducción de la polución de luz que impide a los ovetenses ver la mayoría de las estrellas en el firmamento. El propio informe de Alumbrado reconoce que el contrato «resulta necesario para actualizar un alumbrado obsoleto con un consumo de energía y una contaminación lumínica muy elevada». A tal efecto, el Consistorio cambiará las viejas lámparas de vapor de sodio por nuevas luminarias de tipo led, con una luz más blanca y suave, aunque no por ello menos iluminadora en la noche.

Se calcula que el ahorro en el cambio de las lámparas de las farolas será elevado: más del 78% del consumo energético actual. Así, se pasaría de gastar 4.438 megavatios por hora a solamente 967,2. Además, la ciudad dejaría de emitir al año a la atmósfera 937 toneladas de dióxido de carbono. El ahorro estimado, a precios de la luz actuales, es de algo más de 500.000 euros al año, 5,1 millones de euros en el tiempo que dura el préstamo. Más que los cuatro millones que los técnicos municipales estiman que cuesta el cambio, si bien esta cifra seguramente sea menor al estar sometida a un procedimiento abierto de competencia entre las empresas.

El Consistorio cuenta para este enorme esfuerzo con un préstamo del Ministerio de Industria por un importe de diez millones de euros. Lo bueno que tiene es que carece de gastos o de intereses y cuenta con un plazo de diez años de amortización, por lo que el ahorro financiero en este sentido para las arcas públicas es de 825.000 euros.

Y es que se trata de un proyecto acogido a la línea de ayudas para la renovación de las instalaciones de alumbrado exterior municipal, cofinanciado por el conocido Feder (Fondo Europeo de Desarrollo Regional) de la Unión Europea) y gestionado por el IDAE (Instituto para la Diversificación y Ahorro de Energía), organismo estatal que se hizo famoso en los años de Zapatero por regalar una bombilla led a cada hogar español.