JUAN CARLOS ABAD
Jueves, 12 de abril 2018, 16:40
Hace dos meses, técnicos del Principado encontraron un ejemplar joven de garza real herida de un disparo en la zona del oriente asturiano. Tras las pertinentes curas, antibióticos y al ver que se había adaptado bien al manejo de los cuidadores, el zoológico ... El Bosque decidió darle una segunda oportunidad y esta mañana ha pasado a la zona de exhibición.
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«Teníamos dos opciones o la eutanasia o utilizarla como recurso educativo dándole una segunda oportunidad. N os va a ayudar a enseñar a los visitantes por qué no hay que cometer actos vandálicos con especies protegidas», ha explicado Gonzalo Rubio, conservador del zoo.
Leo se llama así porque los cuidadores todavía no han podido sexarla y «es un nombre que nos sire para hembra o macho», no puede volar a causa de las heridas del disparo. Vivirá a partir de ahora en una instalación de 500 metros cuadrados con otros animales.
«Ojalá que no ocurra, pero otra de las razones para quedárnosla fue que si hay otro ejemplar herido en cualquier zona de España, y si fuera del sexo opuesto, tendríamos opciones de criar en cautividad. Esos nuevos ejemplares se devolverían a la naturaleza», ha relatado Rubio.
La garza real es una especie protegida, migratoria y que elige Asturias para descansar en sus migraciones aunque hay población que permanece estacionaria. Íntimamente relacionada con el agua, su alimentación es a base de peces, ranas y pequeños roedores. Su avistamiento, aunque no es fácil, puede ser habitual en lagos, humedales y ríos.
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