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Miércoles, 20 de enero 2021, 01:21
El Palacio de los Deportes fue, es, una maravilla de la ingeniería: 90 metros sin ningún apoyo intermedio, pero pudo ser mayor. El propio Sánchez del Río explicaba en la memoria que el anteproyecto «fue concebido para 110 metros de luz». Una obra aún más ... superlativa, pero que no cabía, «el terreno no daba más de sí». Un poco más pequeño de lo soñado, pero único, con una bóveda así apoyada en unas articulaciones al final de los arcos que Del Río quiso dejar a la vista, protegidos por vidrio e iluminados: «¿Cómo podemos admitir que esos diminutos atlantes que van a soportar sobre sus hombros no la bóveda celeste, pero sí la del Palacio de Deportes de Oviedo, pasen desapercibidos?», expuso el ingeniero Ildefonso Sánchez del Río.
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