Secciones
Servicios
Destacamos
Ilusión y ganas de vivir, de demostrar que llevar una prótesis no supone ninguna limitación. Eso es lo que transmitirán las modelos que el próximo 4 de junio se subirán al escenario para desfilar por el cáncer de mama. Un evento que puso en marcha Marta Pérez, propietaria de Lencerías Berta, y que va a celebrar su novena edición, con «dos años de parón por la pandemia».
Pérez lleva cuarenta años en el sector y más de veinte trabajando con mujeres afectadas de cáncer de mama. «Mis clientas empezaron a tener cáncer y no querían comprar en sitios de ortopedias», recuerda. Por ello se especializaron y en la actualidad «somos un referente».
Han profundizado tanto que incluso orientan sobre las diferentes ayudas en Asturias y en otras comunidades: «Trabajamos artículos ortoprotésicos con gente de fuera, vienen de Madrid o de León, porque informamos muy bien de cómo tienen que hacer el papeleo en su comunidad», y recalca que «hay mucha desinformación, es una pelea que tengo para que ellas estén bien».
También hay desinformación con respecto a la prevalencia de esta dolencia en hombres: «El cáncer de mama en chicos se detecta muy tarde, es una pena que no se dé más difusión porque mucha gente piensa que no puede darse en ellos y cuando van a mirarse es tarde», lamenta. Por ello, han intentado que este año se subiera al escenario un hombre de aquí –el año pasado contaron con un paciente catalán–. Hicieron un llamamiento en redes pero no han obtenido respuesta. «Los hombres se cortan, creen que es un problema de mujeres y queremos darles voz porque pienso que no se controlan y es muy peligroso».
Las que sí se subirán al escenario a lucir la nueva colección de bañadores de la lencería, con los mismos nervios y emoción que la primera vez, son Susana Riestra y Blanca María Prieto, junto a seis compañeras.
Prieto es la más veterana. Lleva desfilando desde la primera edición pero asegura que no tiene pensado irse «porque este grupo no es un grupo de un desfile, aquí se conoce la palabra amistad y tienes todos los apoyos que necesitas para el día a día», destaca. Es un ambiente en el que pueden ser ellas mismas, «puedo ponerme un bañador, me quito la prótesis y puedo estar allí sin que nadie me mire y tenga en cuenta lo que llevas, me lo paso muy bien», afirma Riestra con la voz cargada de emoción. En ello coincide su compañera: «Allí no hay nada que esconder» y describe a la perfección cómo lo viven desde el escenario, cuando «ves a la familia y a los amigos, porque la gente que va allí es toda gente que nos quiere, porque allí no vas a ver cuerpazos, vas a ver a personas que siguen viviendo».
Aunque el desfile es una tarde la preparación lleva un año y siempre tratan de hacer algo especial. «El año pasado fue el chico el protagonista y este año el tema va a ser Sorolla», adelanta Pérez. Una de las novedades es que el escenario estará lleno de gente, contarán con un grupo de música del Conservatorio que tocará en directo y con un pintor «terminando un cuadro que comenzó mi marido y no pudo terminar». Le acompañarán también dos modelos emulando el lienzo.
«Hay que estar allí y verlas», anima Pérez, «porque transmiten que podemos salir adelante y es algo difícil porque las hay empezando, las hay en tratamiento y también se han ido por el camino varias». Algo que saben muy bien las familias de las modelos que las animan año tras año a seguir participando. «En casa les digo que estoy cumpliendo años y que dentro de poco voy a tener que salir en taca taca, que igual tenía que dejarlo», ríe Prieto, «y me dicen 'ú vas con todas', porque saben que este grupo es muy importante».
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
José A. González y Álex Sánchez
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.