Nieves Requeñí e Inmaculada Arigita, ayer, con los alumnos del colegio de La Ería Pablo Lorenzana

Nuevos 'tatuajes' para los alimentos

Alumnos de sexto analizan el etiquetado de los productos y proponen medidas para que sean «biodegradables o comestibles»

Covadonga del Nero

Oviedo

Miércoles, 8 de marzo 2023, 03:06

Cada uno de los productos adquiridos en los supermercados, mercados y tiendas de barrio contiene una etiqueta que el cliente difícilmente sabe descifrar; llenos de dígitos, colores y estilos que se rigen por un modelo de etiquetado que los alumnos de sexto A de Primaria ... del colegio público La Ería han analizado e investigado para buscar aquellos más adecuados, ver sus deficiencias y ofrecer, gracias a sus conclusiones, cambios para mejorar esa lectura.

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«Las etiquetas tienen una serie de características: ser seguras, reciclables, comestibles (algunas de fécula de patatas), referenciales e informativas», explicaron ayer los pequeños a la viceconsejera de Medio Ambiente, Nieves Roqueñí, quien quiso conocer de primera mano el trabajo de estos «pequeños cerebros». El proyecto comenzó el pasado diciembre, indicó la tutora de la clase y directora del centro, Inmaculada Arigita, con «un trabajo sobre medio ambiente, fijándonos en el tatuaje de los alimentos». Así, realizaron «una investigación sobre lo que decía la ley en vigor y de lo que veíamos en las tiendas, para sacar unas conclusiones».

Un completo estudio que, en forma de carta, mandaron a la Consejería de Medio Ambiente y al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, liderado por Teresa Ribera, quien contestó a los alumnos agradeciendo «vuestro esfuerzo e implicación activa para buscar soluciones que contribuyan a la protección del medio ambiente».

Así, los más pequeños, tras la investigación en la que demostraron que «la mayoría de las etiquetas no tienen todo lo que exige la ley», propusieron una batería de solicitudes para mejorar el mundo en el que viven. «Consideramos que el etiquetado encarece el producto y en su mayoría no aporta nueva información a los clientes», aseguraron los alumnos. Por ello, propusieron que este 'tatuaje' «sea biodegradable y comestible; en caso de no serlo, que venga el etiquetado en la caja, como hacen en el pescado». Roqueñí se rindió ante «el trabajo de ecodiseño que habéis realizado», todos juntos, para apostar «por la economía circular».

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